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Niñas se convierten en madres

A sus 12 años, Verónica*, de Tectitán, Huehuetenango, ha dejado de jugar muñecas y otros juegos de niñas, ya que debe cuidar a Julián, su hijo, y en su ingenuidad y falta de experiencia sobre la vida dice estar feliz con su pareja, de 19, aunque no están casados.

“Él llegó a pedir mi mano a mis papás, quienes decidieron que era una buena opción para mí y me entregaron”, cuenta Verónica, quien tuvo que dejar de estudiar para cuidar a su bebé, que nació en el Hospital Nacional de Huehuetenango.

Producto de abuso

Para otras jóvenes madres la situación ha sido más dura. En la aldea El Paraíso, La Libertad, en ese departamento, vive Silvi, 14, quien contó que en reiteradas ocasiones fue abusada por su padrastro, quien la embarazó. Al acudir a un Centro de Salud, el personal denunció el caso y se abrió un proceso legal contra el violador.

La madre de Silvi sacó a su cónyuge de su casa, pero luego lo perdonó y en la actualidad viven juntos; debido a ello, la joven madre fue llevada a un refugio donde cuida a su pequeña hija.

Tiene la esperanza de continuar sus estudios, para ofrecerle un mejor futuro a su bebé.

Verónica y Silvi no son las únicas niñas que este 2015 se han convertido en madres, o están por hacerlo. Solo en Huehuetenango, el Ministerio de Salud registra mil 755 casos. Dos de las jóvenes madres tienen solo 10 años; dos, 11; siete, 12 años; 42, 13; 155, 14 años, y 321, 15.

Huehuetenango es el segundo departamento del área rural con más casos de embarazos de menores de edad; el primero es Alta Verapaz, con mil 813. Ambos, abajo de Guatemala, que tiene dos mil 272 casos registrados.

Sin resultados

Karla Mendoza, de trabajo social del Área de Salud de Huehuetenango, dijo que cuando atienden embarazos de menores de 14 años hacen las denuncias al Ministerio Público, Procuraduría General de la Nación y Juzgado de la Niñez, pero al parecer las engavetan, pues no se ven resultados.

Recordó que el año pasado presentaron 78 denuncias y en lo que va del 2015, 26, pero el sector justicia no les da seguimiento.

En Quetzaltenango, Dayana, 17, contó que fue abusada por su padre desde que tenía 12 años, y dio a luz a una niña que se ha convertido en la razón de su vida. En la actualidad vive en un hogar junto a su hija, y espera convertirse en abogada. Su padre fue condenado a 28 años de prisión.

Lilian Wug, de la Asociación Nuevos Horizontes, donde se atiende a mujeres víctimas de violencia sexual, indicó que en la mayoría de casos el responsable del abuso es un integrante de la familia.

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