Guatemala

Anciana es obligada a dejar hogar en zona 3 donde vivió 55 años

Nazaria Celsa Sosa Ixcanparij, de 92 años, más conocida como la Abuelita Nazaria, fue obligada ayer a abandonar su vivienda, la cual habitó durante 55 años, en la 5a. avenida y 32 calle, zona 3.

Nazaria Celsa Sosa, de 92 años, oriunda de Totonicapán, debió abandonar ayer su casa, junto a su perro, en la zona 3.

Nazaria Celsa Sosa, de 92 años, oriunda de Totonicapán, debió abandonar ayer su casa, junto a su perro, en la zona 3.

CIUDAD DE GUATEMALA – El propietario del inmueble era su hijo, Rafael Tamayac Sosa, quien murió hace tres años abatido por la diabetes, enfermedad que desarrolló luego de haber sido estafado por la financiera Autocasa.

Juan Tamayac Sosa, hijo de Sosa Ixcanparij, contó que su hermano le prometió a su madre que nadie la sacaría de su cuarto, de unos cinco metros de ancho y cinco de fondo.

“El error de mi hermano es que nunca desmembró el terreno que le tocaba a mi madre y se perdió con la hipoteca”, contó Tamayac Sosa.

Entre sollozos, pero con una gran fortaleza que no se doblega ante las adversidades, Sosa Ixcanparij sacó sus escasas pertenencias: cama, ropero, estufa, ropa, platos, cubiertos, unas ollas y a su perro.

Los pocos enseres de la anciana fueron colocados en un picop para llevarlas a Villa Nueva, donde sus familiares le consiguieron un lugar en dónde continuar su vida.

Sin sentimientos

Tamayac Sosa contó que ahora el inmueble vale una fortuna, y a su hermano le afectó mucho haber sido estafado.

“Lo doloroso es ver cómo los mismos parientes de mi madre, cuyos nombres no mencionaré por educación, son quienes más exigen que abandone la casita. A pesar de que ella es una piedra angular de nuestra familia”, dijo Tamayac Sosa.

Les pedimos, agregó, que la dejaran vivir sus últimos años en el inmueble. “Pero no les interesa”, afirmó.

La casa está ocupada por un aserradero, y según contó Tamayac Sosa, el inmueble lo compró su hermano con el esfuerzo de su trabajo como electricista hace varios años.

Explicó que no hay una orden judicial para sacarla de la vivienda, pero las presiones de los familiares cercanos de Sosa Ixcanparij son tan fuertes que pueden enfermarla.

Tampoco quieren, expuso Tamayac Sosa, que pase la humillación que un día llegue la Policía y la saque a la fuerza, porque ella no se lo merece, y tampoco es una mujer que pueda defenderse.

En la puerta de la vivienda que la anciana habitó por 55 años, solo quedó un rótulo en donde se lee: “Gracias a todos los que me apoyaron. Dios les bendiga”, firmada por la Abuelita Nazaria.

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