Comunitario

Abuela sin barreras

Con una jovialidad y energía envidiables, Berta Neutze de Rivera, de 82 años, se siente contenta por haber logrado el objetivo de graduarse de una maestría en Recursos Humanos de la Universidad Galileo.

En su  graduación, Berta se sentía feliz por haber alcanzado otra meta, a los 82 años.

En su graduación, Berta se sentía feliz por haber alcanzado otra meta, a los 82 años.

“No sé cómo me aguantaron”, dice al relatar que la oportunidad de ingresar en la universidad llegó por medio del Consejo Nacional de Mujeres de Guatemala, del cual es vicepresidenta.

“Toda la junta directiva del Consejo decidimos meternos a estudiar cuando la Universidad Galileo nos abrió el espacio. Empezamos en la Licenciatura de Recursos Humanos, que duró seis años. Después, me quedé viuda y no tenía ni un len para pagar la maestría, así que les dije que no continuaría. A los tres días me informaron que sería becada. Así que me puse las pilas”, relata.

Para Bertita, como la llaman sus familiares y allegados, fue un desafío el paso por la universidad, en el cual incluso enfrentó bullying, ya que a pesar de su edad hubo personas que no la respetaban y se burlaban de su optimismo, pero no se dejó vencer.

trayectoria

Desde muy joven, Berta, quien también es maestra en Arte, especializada en Artes Plásticas, buscó oportunidades, no solo para ella, sino para las mujeres. Vivió en carne propia la discriminación de género, pero fue algo que siempre la motivó para avanzar.

Creó un premio ecológico centroamericano, que se entrega cada dos años a la persona o entidad que más trabaje en esa área.

En el campo del arte, residió un tiempo en Suchitepéquez, donde impartía clases de dibujo y pintura a niños, una de las cosas que más disfrutó. “Yo no puedo entender lo que hacen ahora en los colegios: ponerlos a pintar con determinados colores y que no deben salirse de la línea, si el arte debe ser libre. Todos tenemos un artista por dentro, y debemos dejarlo libre”, comenta.

ejemplo

“Yo parto de una cosa, y es decir sí puedo. Me pongo mis metas, y las sigo. Esa es la clave. No veo en mi edad un impedimento”, afirma.

Su ejemplo inspiró a una de sus hijas, quien dejó la universidad cuando se casó. Dos días después de la graduación de maestría de su madre, volvió a inscribirse para concluir su carrera.

Las personas que tiene a su alrededor y que conocen su trayectoria la consideran una gran mujer y un verdadero ejemplo. “Ella es una persona muy sencilla, inteligente, y es una gran artista”, dice la secretaria del Consejo, Elizabeth de Del Vecchio.

Berta tiene ahora una nueva meta: piensa estudiar Ciencias de la Comunicación. “Siempre me ha gustado el periodismo y la literatura”, declara con una mirada de optimismo.

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