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Afectados por incendio, entre la fe y la tristeza

La tristeza asediaba ayer a cientos de inquilinos que un día antes vieron perder sus mercancías al quemarse más de 800 locales del mercado de La Terminal.

Escritorios y computadoras de la escuela fueron destruidos por el fuego, el martes último.

Escritorios y computadoras de la escuela fueron destruidos por el fuego, el martes último.

Sin embargo, conforme avanzaba el día, empezó a cobrar fuerza la fe, primero, para rescatar algo de lo que no fue reducido a cenizas, y luego, la esperanza de lograr la reconstrucción de sus puestos de venta.

Aún con el humo en algunas áreas del mercado y la falta de iluminación en los pasillos, mientras amanecía, los vendedores comenzaron a acercarse poco a poco a los escombros.

El cansancio se podía ver en el rostro de quienes el martes último lucharon junto a cientos de bomberos para sofocar el fuego que se propagó en los dos pisos del inmueble, en la zona 4.

Eva Camey, quien vendía queso y crema, manifestó su dolor al contabilizar las pérdidas, después de tantos años de esfuerzo. Con lágrimas comentó que solo pudo rescatar una refrigeradora, pero no sabe si funciona.

“Estamos sacando lo que podemos de nuestros negocios. Pudimos rescatar un enfriador, pero el producto se perdió. A nosotros nos da mucha tristeza, porque muchas familias dependen de los negocios, pero tenemos fe en que vamos a salir adelante con la ayuda de la gente y de las manos amigas”, expresó Camey.

La dueña de la cremería Las Victorias, quien no dio su nombre, rompió en llanto al ver cómo había quedado su local. Una familiar la consolaba y le daba ánimos. Con ayuda de otras personas pudo rescatar algo de mercadería.

“¡Me siento acabado!”, fue la expresión de Rafael Ordóñez, quien tenía un pequeño taller de talabartería en el segundo piso del mercado, y que con su trabajo llevaba el sustento a su hogar para educar a sus hijos.

Ordóñez llegó temprano al local, donde cada día recibía a clientes de varios municipios del departamento de Guatemala, solo que ayer fue para rescatar algunas herramientas.

“Estoy tratando de recuperar unas herramientas, porque hay hierros que uno los va adaptando al trabajo y que no venden. Son 20 años que no están perdidos, porque gracias a ellos pude sacar adelante a mi familia”, aseguró el hombre.

Vigilaron

José Francisco Armas, locatario, indicó que cuidó junto a otras 54 personas las entradas del inmueble, con el apoyo de cientos de agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) y de mil 300 soldados.

“Estuvimos vigilando toda la noche para que no entrara nadie que no fuera conocido, y con el apoyo de las fuerzas de seguridad”, señaló Armas.

Jaime Morales, quien vendía especias, comentó que pasó la noche en vela para custodiar una de las entradas del mercado, proteger a sus compañeros y evitar robos.

“Aquí estuvimos toda la noche, y en medio del mercado hubo conatos de incendio. Durante la madrugada se dieron varios temblores; se cree que explotaron varios cilindros de gas. La verdad, daba miedo estar adentro. Nosotros calculamos que perdimos unos Q100 mil”, añadió Morales.

Arde otra vez

En un recorrido que hizo Prensa Libre desde las 5 horas en el interior del mercado se observaron varios conatos de incendio que fueron controlados por bomberos municipales, que vigilaban desde las 2 de la madrugada.

Durante el trayecto se pudo ver cómo quedaron los locales que fueron pasto de las llamas, tanto en el primer piso como en el segundo. En la planta baja eran notorios los daños y obstáculos, desde agua acumulada, lodo, láminas, rejas, hierros, restos de productos que se vendían y la oscuridad.

A pesar de que había presencia de agentes de la PNC y de soldados, individuos burlaron la seguridad e ingresaron en el recinto para robar objetos que se encontraban en buen estado, como jaulas para pájaros, zapatos, lazos y comales.

En la planta alta, el techo fue consumido, al igual que los productos que se ofrecían.

Afectados

La directora general del Programa Educativo del Niño y Niña Adolescente Trabajador (Pennat), Lenina García, informó que el fuego destruyó las instalaciones que se encontraban en el segundo piso del mercado, lo que afecta a unos 200 menores.

“Se quemó completamente el centro de cómputo, donde había unas 20 máquinas. Eso afecta a unos 160 menores. También se dañó el local donde recibían clases los niños de primero, segundo, quinto y sexto primaria. Aquí fueron afectados otros 40”, explicó García.

Impacto

En las calles aledañas al mercado de La Terminal, varios vendedores de verduras y legumbres lamentaron el hecho, y creen que debido al incendio ayer bajaron las ventas.

En la Central de Mayoreo, zona 12 de Villa Nueva, comerciantes reportaron que habían bajado sus ventas, debido a que los camiones no pueden ingresar en La Terminal a descargar los productos. También aseguraron que se mantenían estables los precios.

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