Comunitario

Centro Cívico es patrimonio

El Ministerio de Cultura declaró al conjunto histórico Centro Cívico de la Ciudad de Guatemala y sus áreas de influencia como Patrimonio Cultural de la Nación, según el acuerdo 189-2014, que se publicó ayer en el Diario de Centro América.

El documento resalta que los inmuebles y espacios públicos del sector —zona 1— tienen componentes arquitectónicos excepcionales, a los cuales se deberá dar trato especial de conservación.

La Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural, por medio del Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, tiene tres meses para emitir las medidas de protección, conservación y recuperación del área. En ese lugar están ubicados los edificios del Banco de Guatemala, el Ministerio de Finanzas, el Instituto Nacional de Turismo, la Municipalidad, el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias y el Crédito Hipotecario Nacional, con obras de Dagoberto Vázquez, Roberto González Goyri, Carlos Mérida y Efraín Recinos.

“El Centro Cívico se concibió luego de la Revolución de 1944 como una respuesta de un grupo de arquitectos guatemaltecos que estudiaron en el extranjero y que al regresar al país formaron parte de sectores relacionados con obras públicas, y aprovecharon la coyuntura para hacer la gestión”, explicó Sonia Fuentes Padilla, de la Fundación Documentación y Conservación de Monumentos y Barrios del Movimiento Moderno (Docomomo), adscrita a la Unesco.

“En 1954 comenzó el proyecto en el gobierno de Jacobo Árbenz, y adoptaron como técnica de arquitectura la integración plástica en la construcción, que es toda la obra de arte adosada a los edificios”, añadió Fuentes.

Con la distinción que ahora tiene el Centro Cívico, hay grandes desafíos, pues cualquiera se da cuenta de que si se camina por sus calles se encontrará con muchos vendedores, bullicio y paradas de buses mal ubicadas, lo cual dista mucho de lo que concibieron sus creadores, los arquitectos nacionales Roberto Aycinena, Jorge Montes, Raúl Minondo, Pelayo Llarena y Carlos Haeussler, en la década de 1950, de crear una serie de plazas y pasos peatonales por donde las personas transitarán desde la Ciudad Olímpica hasta el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias sin obstáculos, semejante a las grandes ciudades. Ahora eso es un centro de gestiones administrativas.

El arquitecto urbanista Alfonso Yurrita opinó que está bien que lo declaren Patrimonio Cultural de la Nación, pero se debe considerar que la arquitectura de algunas propiedades privadas es deplorable y las inversiones para la restauración y conservación serían millonarias. La decisión de elevar el lugar a una distinción como esa persigue que cobre plusvalía la tierra.

“Quienes vivían aquí migraron a zonas aledañas de la ciudad luego del terremoto de 1976, por lo que ya no están interesados en regresar e invertir en esta área. Quienes aún conservan propiedades se encontrarán con serios problemas para construir, porque los costos y requisitos por parte de la comuna serán mayores, lo cual, en algunos casos, los hará vender sus propiedades a precios irrisorios porque preferirán invertir en otra parte en lugar de gastar enormes cantidades”, agregó.

ESCRITO POR: