¿Qué tan grave es la situación financiera del país?
Martínez: El Estado siempre ha funcionado con escasez de recursos financieros, pero esta vez la crisis es más aguda. Este no es un problema de los últimos meses, ocurre porque nunca se pusieron en marcha medidas para corregir las deficiencias en la administración tributaria y porque se amplió el presupuesto en Q1 mil 500 millones sin tener certeza de los fondos, además de la no racionalidad del gasto.
¿Cómo surge esa crisis?
Martínez: Un Estado carente de credibilidad y efectividad en las políticas son elementos que no generan confianza para el desempeño de la economía. Los ingresos tributarios de país sufrieron un estancamiento en el 2012, el 2013 y en lo que va del 2014. El argumento de crisis económica es válido para países más vinculados con Europa, pero no para Guatemala.
¿Hay responsabilidad del presidente Otto Pérez Molina en no trasladar fondos a las instituciones?
Balsells: Hay una situación sumamente grave, legal y financiera, porque si hay un presupuesto aprobado y se tiene el aval presupuestario, que se discutió el año pasado, los recursos se deben trasladar. Si existía una crisis, esto no podía ser noticia de última hora, y todo el Estado en conjunto debió tener medidas de austeridad y cambio.
¿La crisis es ficticia o fue creada debido a la irresponsabilidad?
Martínez: La crisis es real, hay escasez de financiamiento, pero es una crisis en la que sí hay responsabilidad de las autoridades del Gobierno Central y de la administración tributaria. También es irresponsabilidad diseñar un presupuesto más allá de las capacidades de recaudación.
¿A qué puede llevar la crisis?
Balsells: Preocupa que el tema económico se lleve a las cortes; ahí se van a circunscribir única y exclusivamente a lo legal y al expediente que conozcan. Cuando la crisis es de todo un bosque, no podemos estar juzgando árboles por separado.
¿Puede ayudar el Congreso?
Balsells: El Congreso es un auténtico desastre. Las discusiones que ha habido de los últimos 10 presupuestos son patéticas. No es un problema de diputados tránsfugas; todo el Congreso es tránsfuga. No hay partidos de oposición, y el partido oficialista es errático. Es clarísimo que el Congreso es institucionalmente el mejor aliado de la impunidad.
¿El país vive en crisis o se generan condiciones para que se crea que hay crisis?
Balsells: No es la primera vez que sucede, pero es primera vez que lo vemos de esta manera. El Congreso no está regido por la Ley, por la Constitución, y si el Congreso no se sienten regido por la Ley y la Constitución, lo demás viene por añadidura. El Congreso es uno de los grandes responsables de todo esto.
¿Los bonos son una salida?
Martínez: Es una salida con muchos riesgos. Según cálculos de la deuda pública de Guatemala, llegaría a 235% de los ingresos tributarios del país con esos Q4 mil millones en bonos. Es contradictorio, porque mientras se cumplan los compromisos de deuda se dejarían de cumplir los compromisos constitucionales con la sociedad en salud, educación y seguridad.
Momentáneamente podría detener la crisis, pero esta es permanente. Necesita de otras medidas.
Balsells: Con el cambio de junta directiva en el Congreso, se conoce que el combo es la directiva, los bonos y el presupuesto. Ese manejo tan irresponsable y mediocre en el Congreso en temas estructurales provocan las crisis.
¿El ambiente de crisis aleja la inversión?
Martínez: Con un Ejecutivo con una imagen deteriorada, las interferencias brutales en el Organismo Judicial, el Congreso con una continuidad de acciones que deterioran su credibilidad, la imagen que transmite el Estado al exterior es importante. Cuando una calificadora de riesgo calcula un índice, toma en cuenta esos aspectos. La parte macroeconómica es un punto. La crisis agudiza el deterioro de la imagen externa del país.
¿Vale la pena pedir una moratoria al pago de la deuda?
Balsells: Diría que no. Lo que debe existir es un tema de país, de qué va a pasar. Estas coyunturas crean mucho humo para dejar de discutir temas estructurales, como salud y educación.
¿Qué puede hacer la SAT para evitar la defraudación fiscal?
Martínez: El asunto no solo compete a la SAT, sino al Ministerio de Finanzas y al Gobierno Central. La pérdida de fiscalización fue provocada, eso sucedió por interferencias externas a la SAT. El elemento fundamental es que la SAT recupere esos elementos de fiscalización.
Se habla de que la crisis es para originar un golpe de Estado. ¿Esta percepción se vive fuera del mundo político?
Balsells: Hay mucha gente que se pone feliz cuándo existen estos rumores, porque crean ese ambiente hostil para buscar esas soluciones que en el pasado se dieron con tanta frecuencia. Pero un tema económico no se soluciona por esa vía.
¿No mejorar la SAT es algo orquestado?
Martínez: Allí confluyen muchos intereses políticos que están enquistados en el Estado. Intereses ilegales, intereses de las élites económicas; entonces, las SAT es una especie de rehén, porque todo mundo le quiere meter mano.
Algunos plantean una asamblea nacional constituyente.
Balsells: Mejor cambiemos la reglas del sistema electoral. El cáncer mayor de este país es la corrupción, y la principal fuente de la corrupción es la financiación de los partidos políticos.
Es un círculo vicioso del que pareciera no haber salida.
Balsells: Sí hay, pero dejamos que los temas bajen. Ya no somos serios, Centroamérica ha hecho reformas electorales importantes. Para muchos de los asuntos no hay que reformar la Constitución, basta con reformar la Ley Electoral.
COMENTARIOS
“Nuestro país siempre ha tenido estas características de crisis, pero es evidente que en este momento estamos abriendo nuevas puertas”.
Alejandro Balsells, constitucionalista.
“El Gobierno debe poner a funcionar sus equipos técnicos, si los tiene, para diseñar una salida de la crisis. SAT y Finanzas se deben coordinar”.
Carlos Martínez, economista.
