Comunitario

Dos mil 400 difuntos no tendrán visitantes

Este 1 de noviembre, mientras las tumbas en cementerios públicos y privados se llenan de flores y adornos, habrá un espacio amplio del cementerio La Verbena, en la zona 7 capitalina, en donde hay dos mil 467 enterrados a quienes nadie visita, ya que se trata de personas no identificadas, 292 de las cuales han sido sepultadas este año.

Una cruz  de madera, sin nombre y sin flores, es el único adorno para decenas de tumbas de personas que fueron sepultadas sin ser reconocidas en el cementerio La Verbena, zona 7.

Una cruz  de madera, sin nombre y sin flores, es el único adorno para decenas de tumbas de personas que fueron sepultadas sin ser reconocidas en el cementerio La Verbena, zona 7.

Juan Rivera, tiene 35 años de ser enterrador en este cementerio. En todo ese tiempo no ha observado que alguna persona se acerque a poner una flor para recordar a los hombres, mujeres y niños que yacen allí.

“Yo he visto a cientos de personas sin nombre que son enterradas aquí; las cruces solo tienen la fecha de sepultura”, dijo Rivera.

Las estadísticas de la administración del cementerio indican que en el 2010 fueron sepultados 370 adultos y 276 niños, a quienes nadie reconoció.

Otros 313 mayores y 312 menores sin nombre  fueron enterrados en el 2011, mientras en el  2012 se registraron  309 y 425, de manera respectiva.

Sobre los cuerpos que nadie ha reclamado, en 2013 solo se tienen estadísticas hasta el 26 de octubre: 270 adultos y 192 niños.

Según el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), en lo que va del año han sido sepultadas 292 personas sin reconocer en todo el país.

Roberto Garza, vocero del Inacif, indicó que esta cifra es menor que la registrada en los tres años anteriores,  771 en el 2011;  628 en el 2012 y 559 en el 2013, gracias a que el Registro Nacional de las Personas ha facilitado la identificación.

Con ese acuerdo se ha logrado que muchas familias encuentren a sus padres, hijos, nietos o sobrinos  muertos.

Sin embargo, entre el 23 de julio y el 11 de septiembre de este año fueron identificadas 106 personas por el Inacif, pero no han sido reclamadas por familiares.

Estos cuerpos ya reconocidos están enterrados y su nombre figura en una cruz, ya sea  en La Verbena o en  otros cementerios.

Justo en el límite

En el cuadro Primero, cerca de la línea sur 15, una tumba resalta entre los montículos de tierra  sin nombre: allí fue sepultado  Justino Mancilla, fallecido hace 12 días y su familia acudió ayer a dejarle flores. Lo colorido de las rosas y crisantemos marca el comienzo de un tramo desolado y anónimo.

Iglesia

Llama a recordar

Darío Caal Shi, sacerdote de la iglesia de Santa María La Tinta, Alta Verapaz, dijo que es importante recordar a los difuntos, estén identificados o no.

Caal  Shi explicó que  en la cosmovisión maya, al morir una persona “se dice que regresó a su origen y que  los muertos no están muertos, y por eso la importancia de la fiesta de los fieles difuntos, porque ellos llegan a convivir con nosotros en la tierra”, mientras en la vida cristiana se  dice que “los muertos han heredado la vida en Cristo”.

Explicó que en la parroquia que representa existe la costumbre de celebrar una misa el 2 de noviembre para todos los difuntos, a quienes se anota  en hojas, y que también se recuerda a los desconocidos y que la Iglesia Católica tiene en cada misa un espacio para los santos difuntos.

Cifra

1,205 Niños están enterrados, sin identificar, en La Verbena

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