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Fundación Esperanza de Vida teme más desnutrición

Unos 400 niños y niñas que han sido encontrados a punto de morir, en las montañas del oriente del país, han sido atendidos en lo que va del año en la Fundación Esperanza de Vida, la cual funciona en Zacapa.

María Cristina, quien tiene  6 años y pesa 15 libras, ingresó en la Fundación  Esperanza de Vida el 22 de junio. Casi no puede moverse, pero ya se escucha su llanto. Su peso debería ser de 43.6 libras.

María Cristina, quien tiene 6 años y pesa 15 libras, ingresó en la Fundación Esperanza de Vida el 22 de junio. Casi no puede moverse, pero ya se escucha su llanto. Su peso debería ser de 43.6 libras.

La causa de la afección es la misma: desnutrición aguda.

Solo ayer, según constató un equipo de Prensa Libre, seis niñas, cuatro de ellas hermanas —la mayor de 4 años y 11 meses—, fueron rescatadas por la Fundación, cuya sede se halla en el kilómetro 146.5, Río Hondo, Zacapa.

Juana López Santiago, de 32 años, madre de las menores que fueron detectadas ayer, relató: “Trabajo en la casa, no sé leer ni escribir. Mi esposo es agricultor. Él sí sabe leer, pero ya no mira mucho. Tengo 10 hijos; el mayor, de 18 años. Todos los tuve yo sola, sin ayuda de comadrona. Una de mis hijas tiene diarrea, otra estuvo en el hospital porque tenía mucha tos”.

Otra de las niñas descubiertas ayer es Mayra Ramírez, de 3 años y seis meses, quien pesa 12 libras y es originaria de Lampocoy, La Unión, Zacapa.

La menor padece la enfermedad de Kwashiorkor, que consiste en que las extremidades superiores se tornan delgadas, hay abombamiento abdominal, coloración rojiza del cabello y despigmentación de la piel.

La sexta rescatada es una bebé de un mes, a quien llevaron voluntarios y fue trasladada sin compañía de nadie, pues la madre no podía dejar a sus otros hijos.

Temor

Los registros de la Fundación indican que en el 2012 fueron atendidos 700 niños con serios problemas de desnutrición, y teme que este año aumente la cantidad.

En promedio, la Fundación Esperanza de Vida rescata a entre 50 y 65 pequeños al mes, pero solo en junio de este año ha ayudado a 115, de los cuales 23 presentaban desnutrición aguda severa; 15, aguda moderada, y el resto, aguda en grado inicial.

Los niños localizados y rescatados son originarios de Alta y Baja Verapaz, Izabal, El Progreso y Chi-quimula, aunque también han sido referidos algunos de Quetzaltenango y Huehuetenango, incluso de hospitales de la capital.

Lourdes Milián, presidenta de la junta directiva de la institución, explicó que a diario tres grupos de rescate se dirigen a las montañas, lugares alejados y terrenos intransitables, en busca de menores con problemas de desnutrición, pues si no los rescatan estos pueden morir.

Solo en combustible, el gasto por cada búsqueda puede llegar a Q600. “Lo que nos importa es salvar vidas, pensamos en que son nuestros hijos. ¿Qué haríamos si se tratara de un hijo nuestro?”, comentó Milián.

Atención

Entre los casos más severos atendidos en la Fundación está el de Henry, de 2 años y ocho meses, quien presentaba marasmo, que causa delgadez extrema, cuerpo inmovilizado y apariencia de envejecimiento.

Otro caso es el de María Cristina, 6, quien ingresó el 22 de junio y cuyo peso actual es de 15 libras, además de que tiene atrofia muscular.

Jorge Alexandro, de 5 meses, también es atendido en ese centro de recuperación nutricional. Él llegó hace una semana, con cinco libras 13 onzas de peso, y su talla es similar a la de un recién nacido.

La Fundación también brinda tratamiento ambulatorio a más de cien niños, a quienes provee de alimentos mensuales. Además, se registran casos de menores abandonados, por lo que también funciona un orfanato donde atiende a unos 300 de ellos.

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