Monseñor Mario Molina, vicepresidente de la Conferencia, afirmó: “es necesario crear un nuevo modelo económico. Este ha de ser diferente al que ha prevalecido en los últimos decenios, el cual postula la maximización del provecho y del consumo, en una óptica individualista y egoísta, dirigida a valorar a las personas sólo por su capacidad de responder a las exigencias de la competitividad”.
Agregó que para lograr “esta vida buena y el bien común se hace necesario reformar las leyes que regulan la inversión para la explotación de los bienes naturales no renovables del país, con el fin de que dichas actividades económicas mejoren realmente la calidad de vida de los guatemaltecos y promuevan la participación del país en los beneficios con el menor impacto ambiental posible”.