Comunitario

Restauran vida infantil atendiendo la desnutrición

Sentado en su andador,  Manuel, de 1 año y 8 meses, sigue con sus grandes ojos negros cada uno de  los movimientos de sor Berta. La señala sin cesar y  una gran sonrisa ilumina  su rostro, tratando de llamar su atención.

En la  guardería se atiende a bebés con diferentes necesidades de recuperación nutricional. (Foto Prensa Libre: Brenda Martínez)

En la  guardería se atiende a bebés con diferentes necesidades de recuperación nutricional. (Foto Prensa Libre: Brenda Martínez)

CIUDAD DE GUATEMALA- “A él me lo trajeron de Sololá. Desde que lo senté en la oficina para recibirlo, me busca con la mirada. Él piensa que soy su mamá”, relata sor Berta Méndez Moreno, directora del Centro Nutricional Sor Lucía Roge, ubicado en la zona 11, y  atiende a unos 40 niños desnutridos  de la capital y  la provincia.

Esta institución fue fundada en 1972, con el objetivo de tratar la desnutrición de menores que se habían refugiado en las montañas con sus familias, debido al conflicto armado interno.

Acercamiento

En la actualidad, el problema  continúa, pero las causas han cambiado.  “En muchas ocasiones no es por la pobreza, sino porque los padres no saben cómo alimentar bien a sus hijos”, refiere Méndez.

“Y usted ¿qué le da de comer a sus hijos?, le  pregunto a los padres, y me dicen: ‘Yo  le doy su tortilla para que la pase chupando todo el día’. No saben que tienen otras necesidades y prefieren darles agua gaseosa o bolsitas de frituras”, dice la religiosa. La mayoría de esos niños no   comen  frutas ni verduras.

Muchos provienen de departamentos de la costa, cerca de ríos y del mar, y  no consumen pescado. “A las madres les explico cómo hacer sopa con cabezas de pescado, el cual es rico en proteína y fósforo”, expone la directiva de ese centro nutricional.

La institución no solo se encarga de la recuperación de los pequeños, sino que cada domingo, cuando llegan los padres de estos a visitarlos, reciben talleres  sobre cómo preparar menús nutritivos y apetitosos con productos de sus regiones. También se les enseña cómo evitar la infestación parasitaria.

Por   problemas familiares, los padres no se preocupan  por lo que comen sus hijos, si   bajan  de peso o   si  están vacunados, y estos llegan al centro  referidos por trabajadores sociales de  hospitales. Pero los obstáculos no terminan ahí, porque cuando  los progenitores se niegan a entregar a sus hijos, entonces interviene la Procuraduría General de la Nación. “Hay padres que  dicen: ‘con esa enfermedad vino, con esa enfermedad  se va’, y no comprenden que la desnutrición es una consecuencia”, señala.

Penuria doble

Además del cuadro de desnutrición, casi todos  los pequeños llegan con infecciones parasitarias, diarrea, llagas o neumonía, por lo que antes de comenzar con la recuperación alimentaria,  son tratados de esas afecciones. “Si tienen parásitos, tienen anemia, y por eso no tienen apetito”, expone Méndez.

El tiempo de rehabilitación depende del grado de desnutrición, y puede ser de tres a ocho meses, así como  de la edad, porque se recuperan  más rápido los  menores de 2 años. Sin embargo, hay   reincidentes. “Una niña ha regresado tres veces porque la madre es viuda y tiene otros seis hijos, por lo que no se preocupa debidamente de ella. Además, vive en situación precaria. Las tres veces la niña ha venido como esqueleto”, refiere la directora.

El centro nutricional depende de donaciones de alimentos, ropa y pañales.

“¡Allí viene mamá Sor!”, gritan los niños mayores a la hora del almuerzo. Comen medallones de pollo, sofrito de verduras, incaparina y una mandarina, rodeados de amor.

| DONACIONES |

• Toda ayuda cambia la vida de los niños.

• Se reciben víveres, especialmente no perecederos; leche de fórmula, incaparina, así como antibióticos y vitaminas.

• Son de  suma utilidad los pañales desechables de varios tamaños, ya que se usan de  200 a 250 al día.

• Los donativos de productos o en efectivo se pueden entregar en la 17 avenida 23-49, zona 11 capitalina,  Hospital Hermano Pedro.

“Con los niños menores de 2 años se hacen  maravillas. Se les borra  la huella de la desnutrición”. Sor Berta  Méndez Moreno

DATO

90 niños fueron atendidos en el 2014 en este centro nutricional.

ESCRITO POR:

Brenda Martínez

Periodista de Prensa Libre especializada en historia y antropología con 16 años de experiencia. Reconocida con el premio a Mejor Reportaje del Año de Prensa Libre en tres ocasiones.