Guatemala

Quince víctimas identifican a presunto taxista abusador

Una joven alta, delgada, protegida por gafas oscuras, envuelta en un gorro de invierno y una bufanda, fue la víctima número 15 que señaló ayer a José Víctor Albúrez Manzo como el taxista que intentó abusar de ella, durante un reconocimiento en fila de reclusos.

El presunto violador José Albúrez Manzo es custodiado por un guardia de Presidios antes de la diligencia judicial en el Ministerio Público.

El presunto violador José Albúrez Manzo es custodiado por un guardia de Presidios antes de la diligencia judicial en el Ministerio Público.

Este es el segundo proceso al que Albúrez Manzo, capturado el 15 de diciembre pasado, se enfrenta, y en el cual seis de 13 mujeres lo identificaron.

En el primero hay nueve víctimas que lo ficharon como su agresor. Hasta ahora, en esta fase de investigación, también lo han hecho seis más. Las agresiones habrían ocurrido entre el 2012 y el 2013.

Pasajeras a bordo

“Me tapó la cara y abusó de mí”, relató una secretaria de 23 años a los investigadores. Era cerca de mediodía cuando abordó el taxi cerca de un centro comercial de la zona 10. Posteriormente fue abandonada cerca de una farmacia en la zona 11 y despojada de Q600.

Otras dos jóvenes subieron al taxi cuando iban a un restaurante en la misma zona. Según lo relatado por ellas, el conductor les pidió que una se recostara en las piernas de la otra y las obligó a desnudarse mientras les apuntaba con un arma de juguete. Luego se dirigió otra vez a la zona 11, donde las hizo descender del vehículo, con los ojos vendados, y les ordenó que caminaran “dos pasos a la derecha y cinco al frente”, antes de abandonarlas.

Sin ruta fija

La mayoría de sus víctimas abordaron cerca de centros comerciales, entre las 6 y 12 horas, pero Albúrez no tenía un punto fijo. A decir de los abogados acusadores, siempre estaba en movimiento.

Durante los allanamientos efectuados en el apartamento del taxista, la Policía encontró Q28 mil, ropa íntima femenina, celulares y joyas, explicó el abogado Nery Batten, de la Fundación Sobrevivientes, querellante en el caso.

Albúrez Manzo, de 30 años, hijo de la dueña de una pequeña flotilla de taxis, solía regalarle a su esposa celulares y joyas, pero no le explicaba cómo los obtenía.

Su esposa también interpuso una denuncia en su contra, por violencia.

La mayoría de sus víctimas coincidieron en que Albúrez Manzo hablaba con acento colombiano.

La esposa del señalado les contó a los abogados que su esposo solía ver telenovelas colombianas y practicar el acento.

En este proceso aún no se le ha practicado ningún examen psicológico a Albúrez Manzo, según los abogados querellantes, debido a que se ha negado a someterse a prueba alguna y nadie puede obligarlo, a menos que exista orden de juez.

El proceso legal

Albúrez Manzo está procesado por violación con agravación de la pena, secuestro y robo agravado.

Los abogados acusadores buscan unificar los dos procesos legales que se siguen en su contra.

Este nuevo caso será trasladado a un juzgado especializado en femicidio, que decidirá si amerita que enfrente debate.

Hasta ahora la Fiscalía confía en que tiene a su favor una decena de declaraciones de las víctimas, anticipos de prueba, el vehículo incautado, un arma de fuego —verdadera— encontrada en el auto y un álbum fotográfico con los recorridos detallados por las víctimas.

Irregularidades

El abogado defensor, Hiram Sosa, refirió que en el proceso legal hay muchas anomalías que en su momento hará públicas.

“Por ahora no diré nada que pueda perjudicarlo”, indicó Sosa.

Obsesiones

Durante los allanamientos, la Fiscalía encontró, en armarios, objetos personales de las víctimas.

El agresor necesita un referente real para recordar el hecho. Los objetos, en este caso, son una colección de la posibilidad que tiene el sujeto de hacer un vínculo con el otro. Esto puede representar un rasgo obsesivo, explicó la psicoanalista Silvia Moino.

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