Luego de pasar por el proceso de migración recibió ayuda y respaldo de un grupo de trabajo de la Organización Internacional del Migrante (OIM), que le brindó cierta tranquilidad, al ofrecerle un teléfono para que llamara a su familia y también lo orientó para que se dirigiera a determinada localidad.

Dos años y medio después, González trabaja con la Asociación de Apoyo Integral al Migrante (AIM), formada en el 2013 por cinco profesionales que laboraron en la OIM, que se retiró del país.

“Cuando el proyecto (OIM) dejó de existir, dejó de darse esa atención a los retornados. El año pasado recibimos más de 50 mil personas, ¿Quién iba a decirles aunque sea bienvenido a tu casa o bienvenido a Guatemala, puede tomar un bus acá en la esquina o ¿quiere llamar a alguien? Porque muchas de las personas que retornan nunca habían estado antes en la capital, o durante los meses que estuvieron de viaje no pudieron localizar a su familia para decirle ‘estoy vivo’. Entonces nosotros, como guatemaltecos, sabíamos que teníamos que hacer algo y formamos la asociación. Nos unimos con seis miembros más para el proyecto Bienvenido a Casa”, explica Ana Silva, oficial de programas de AIM.

Esfuerzo en conjunto

Uno de los principales objetivos de AIM es fomentar la creación de una cultura integral y de inclusión, orientada a desarrollar coherentemente los derechos humanos, con el fin de establecer una integración social de la población migrante.

“A muchos de los retornados se les ve como delincuentes y no es así. Muchos connacionales pasan por cosas muy duras en su búsqueda del ‘sueño americano’. Yo sé lo que se siente volver al país de esta forma y por eso estoy muy satisfecho y emocionado de poder ahora ayudar y brindar atención acá, en la Fuerza Aérea Guatemalteca, a aquellos que están en la misma situación que la que yo estuve”, refiere González.

Esta primera asistencia del programa “Bienvenido a Casa” consiste en poner a disposición de los retornados dos teléfonos para que puedan hacer llamadas locales o a Estados Unidos —donadas por Flacso— y también tratar de orientar a quienes no saben qué hacer.

Otro de los objetivos del programa, para el que AIM unió fuerzas con dos entidades de gobierno y cuatro de la empresa privada, es brindar oportunidades de trabajo a los retornados.

“Este programa es de los pocos en que se unen la sociedad civil, empresa privada y dos instituciones de gobierno para hacer un proyecto de beneficio. Queremos que aquellos guatemaltecos que se fueron en búsqueda de las oportunidades que no encontraron acá, ahora sí las tengan”, explica el diputado Paul Briere, presidente de la Comisión del Migrante del Congreso.

Alianza

“Contamos con el apoyo de Transactel, que ha ubicado a muchos deportados que hablan bien el inglés en sus call centers. Intecap nos ayuda a certificar a aquellos que han aprendido algún oficio técnico en EE. UU., y otorga capacitación para aquellos que manifiesten interés por algún oficio. Centrarse cuenta con más de 150 empresas afiliadas, en las que estamos buscando donaciones, y nos apoya para ubicar retornados en algún empleo. Muchos han logrado poner sus negocios allá y al regresar a Guatemala quieren intentarlo, por lo que Banrural pone a su disposición un programa de microcréditos”, explica Silva, quien agrega que la idea es conseguir que estos guatemaltecos realmente vuelvan “a casa”.

UN DATO

50 mil guatemaltecos  fueron deportados durante el 2013.