Guatemala

Caficultores disputan el control de Anacafé

En el seno de los caficultores persiste una disputa por el control de la Asociación Nacional del Café (Anacafé), debido a los beneficios que se reciben del comercio exterior y del Estado.

Pequeños caficultores  protestaron en  la sede de Anacafé, el 6 de octubre del 2014. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Pequeños caficultores protestaron en la sede de Anacafé, el 6 de octubre del 2014. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

CIUDAD DE GUATEMALA- La pugna se debe a que los pequeños caficultores demandan una mayor participación en el directorio de la referida entidad, en tanto que la actual dirigencia asegura que los cooperativistas tienen mayor espacio.

La Federación de Cooperativas Agrícolas de Productores de Café de Guatemala, R.L. (Fedecocagua) accionó el año pasado en la Corte de Constitucionalidad contra la actual composición del directorio de Anacafé y contra el impuesto del 1 por ciento por la exportación de un quintal de café.

Miguel Medina Godoy, presidente de esa  entidad gremial, explicó que el sector cooperativista es el que mayor representatitividad tiene en el directorio de Anacafé en lo que respecta a los cargos de suplentes, ya que son  seis de 10, mientras que su distribución entre los titulares es de cinco de 10, lo cual evidencia que en total hay 11 representantes de  cooperativistas de 20 puestos del directorio.

Razones de fondo

De acuerdo con el economista Carlos Martínez, Anacafé ha agrupado históricamente a los grandes productores, mientras que Fedecocagua,  a los pequeños.

“La disputa está asociada a la cuantía de los beneficios que vienen del comercio exterior como  del Estado.   Anacafé se beneficia del control de la exportación  porque tiene los vínculos con el  exterior. La desarmonía de intereses se debe al dominio de las políticas que  tienen los grandes cafetaleros”, aseveró Martínez.

Explicó el experto que con la crisis de la caída de los precios del café emergieron los pequeños caficultores y los cooperativistas modificando el dominio del comercio exterior del grano, aunque la mayor parte la conservó  Anacafé.

Aseguró que ese cambio en la composición del sector cafetalero quedó marcado con la privatización del Banco Nacional de Desarrollo Agrícola,  que se convirtió  en el Banco de Desarrollo Rural (Banrural), donde    las cooperativas tienen mayor participación.   Martínez indicó  que  los cafetaleros mayores dejaron de ser un oligopolio puro y el mercado se diseminó.

Conflicto de intereses

Erasmo Velásquez, director de la Escuela de Economía de la Universidad de San Carlos, indicó que uno de los aspectos del conflicto de intereses puede ser la representación de los productores medianos y pequeños  en relación con los grandes,  que tienen más participación en la junta directiva de Anacafé.        

Expresó que la demanda de los cooperativistas   y pequeños productores es coherente porque una entidad  como Anacafé no tiene facultad para cobrar un impuesto, y por eso impugnaron el cobro del 1%  por quintal del grano  que se exporta.

Libertad de asociación

Italo Antoniotti, relacionista de Fedecocagua, señaló que  piden  libertad de asociación y rechazó que sea una lucha de poderes para controlar Anacafé.

“Pedimos que el productor tenga la libertad de decidir quedarse o irse de Anacafé, como sucede con las cámaras de Comercio e Industria”, aseguró.

La pugna entre los sectores se complicó desde el 2009, a raíz de la muerte de  Rodrigo Rosenberg. Ese abogado dejó un video en el que implicaba a directivos de Fedecocagua en su muerte y en irregularidades en Banrural. Según la referida federación, un grupo de grandes caficultores dio información falsa a Rosenberg. Tras ese incidente se agudizó la confrontación entre grandes y pequeños productores.   

En cuanto al caso Rosenberg, Antoniotti afirmó que se debió a que habían solicitado una fiscalización sobre las reservas de Anacafé porque habían sido colocadas en un portafolio accionario en el extranjero.

“Lo que pedíamos era que esos fondos públicos fueran utilizados para beneficiar al productor de café y no para servir a portafolios accionarios de
Chrysler y General Motors. Estábamos preocupados porque eran US$13.3 millones y pedimos que se repatriaran los fondos. Al entablar un juicio de rendición de cuentas, obviamente el presidente de Anacafé —Christian Rach— se sintió presionado y entonces un grupo de caficultores malinformaron a Rosenberg sobre lo que pasaba en Anacafé”, indicó Antonioti. Subrayó que Fecocagua paga en impuesto por exportación del grano entre Q6 millones y Q7 millones al año.

Mayor participación

Según Godoy, no debería haber mayores fricciones entre caficultores grandes y pequeños.

“Me llama la atención porque con los cooperativistas estamos de la mano, pero hay que tomar en cuenta que este sector no es Fedecocagua. Los cooperativistas son más, y Fedecocagua representa sus intereses”,  dijo.

Refirió que José Ángel López,  como representante del sector cooperativista, asumió la vicepresidencia de Anacafé del 2001 al 2003, y luego la presidencia del 2003 al 2006. López  fue presidente de Banrural de 1998 al 2013.

Godoy informó que, en cuanto a la producción del grano, los cooperativistas tienen el 8%; los comités y asociaciones, el 10%; las comunidades cafetaleras, el 26%, y las medianas, 47%. El resto es de los grandes caficultores.

DATO

125 mil Productores cultivan el grano en Guatemala.

Q7  Millones paga al año Fedecocagua a Anacafé.

• Asociación: No es tributo

Miguel Medina Godoy, presidente de Anacafé, señaló que no es un tributo lo que pagan los productores de café, sino una contribución especial.  “Lo pagan solo los productores,  y no los exportadores; estos  solo lo retienen y se lo entregan a Anacafé. Es un cobro específico para un grupo específico con un fin específico”, indicó.

• Economía: Sin interés

Italo Antoniotti, de Fedecocagua, expresó que no tienen interés en participar en la política monetaria del país. “Como Fedecocagua no estamos interesados en participar en  la Junta Monetaria. Como está integrada ha sido uno de los organismos que han mantenido la macroeconomía de  buena manera, y por ello, lo que no está roto no hay que repararlo”, dijo.

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