Los analistas señalan que el Parlacén está estancado, razón por la que debería reformarse y evitar así casos como el citado, pues dañan más la ya deteriorada imagen ante la población de los países miembros.
Concuerdan también en que los legisladores del organismo deberían pedir al exmandatario panameño renunciar a su inmunidad y enfrentar a la justicia en su país.
Sin embargo, las opiniones de diputados miembros del foro regional coinciden en que no pueden hacer una petición de esa naturaleza al expresidente, aunque Martinelli podría hacerlo de buena fe.
Críticas
Roberto Wagner, analista de temas internacionales de la Universidad Francisco Marroquín, afirmó que “el gran problema es que se ha fallado a los centroamericanos como institución democrática. Sus decisiones no son vinculantes; por lo tanto, la gente no encuentra la representatividad que puede tener el Parlacén y no lo ve como una institución capaz de resolver los problemas del ciudadano común”.
Añade: “Si se suma el tema de Martinelli, la población empieza a ver al Parlamento como una guarida de corruptos, a la cual muchos expresidentes acusados de irregularidades vienen y encuentran inmunidad”, aseveró Wagner.
Estancado
Si bien José Dávila, analista de política en Centroamérica, destacó que la región necesita integración en momentos de globalización económica y las políticas de bloque, considera que el Parlacén está estancado en su reforma.
“Se ha usado como protección en el caso de los expresidentes que tienen derecho por ley de agregarse. Realmente es lamentable y no abona nada en mejorar la imagen del organismo ante los ciudadanos centroamericanos”, dijo Dávila.
Édgar Gutiérrez, coordinador del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos y excanciller, indicó: “Sus objetivos iniciales ya quedaron desnaturalizados. Ha caído en un desprestigio total, porque nunca evolucionó”.
“El Parlacén resulta como un elefante blanco: consume recursos, pero no tiene ningún impacto en la vida de los ciudadanos. Esto se ve reflejado a la hora de las elecciones, pues los votos por el ente son significativamente menores a los de los diputados, alcaldes y presidente”, explicó Gutiérrez. Afirmó que todo “resulta en una institución caduca, que ha perdido legitimidad y no extrañaría que a raíz de escándalos como este la opinión pública le dé la razón a Costa Rica de ya no formar parte de ella”.
Reformar
Dávila aseguró que para evitar el desprestigio se deben “hacer reformas” a su tratado constitutivo, “para que esto no vuelva a suceder, porque ya ha pasado en distintos hechos”. Se refiere a los casos de Martinelli y de Mauricio Funes, expresidente de El Salvador, sobre quien pesa prohibición para asumir su curul, con base en una orden de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de su país.
Gutiérrez coincidió en que se debe reformar el tratado constitutivo para evitar desgaste, algo que debió ocurrir “hace más de 15 años”.
Wagner refirió que en el caso de Martinelli sería válida la petición de diputados panameños del Parlacén de que renuncie a su inmunidad. “Lo mejor que puede hacer en ese tipo de situación es venir y enfrentar a la justicia”, indicó.
Dávila indicó: “Dependiendo de los indicios de la investigación en Panamá, el Parlacén lo más correcto que puede hacer es pedirle que renuncie a la inmunidad”.
Paula Rodríguez, expresidenta del foro, indicó que como organismo no pueden pedirle renunciar a un derecho que adquirió en forma legítima, aunque existe la posibilidad de que lo haga de manera voluntaria.
Rafael Espada, ex vicepresidente de Guatemala y diputado actual, declaró que el Parlacén es un foro político donde cualquiera puede expresar y decir lo que siente.
“No pueden decirle a una persona qué hacer, porque son representantes independientes de los pueblos”, manifestó.
Beneficios apetecidos
El Parlacén se basa en su tratado constitutivo, el cual contiene lineamientos para su funcionamiento.
Artículo 2. Integración: El Parlamento Centroamericano funcionará? permanentemente y estará? integrado por 20 diputados titulares por cada Estado miembro y los presidentes de cada una de las repúblicas centroamericanas, al concluir su mandato.
Cada titular será electo con su respectivo suplente para un período de cinco años, por sufragio universal directo y secreto, pudiendo ser reelectos.
Los integrantes del Parlamento no tendrán responsabilidad en tiempo alguno por las opiniones y votos que emitan en relación con los asuntos vinculados con el ejercicio de sus cargos.
Artículo 27. Habla de las inmunidades, que se dividen en tres. La primera, en el Estado donde fueron electos, y tienen las mismas inmunidades y privilegios de los cuales gozan los diputados de los congresos, asambleas legislativas o asambleas nacionales.
La segunda es en los demás países centroamericanos, donde gozan de las inmunidades y privilegios que se aplican para los agentes diplomáticos que se establecen en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas. La tercera es en el país sede, donde tendrán los privilegios que se establezcan en el Tratado Sede.
Los Estados miembros deben aportar US$1.7 millones anuales, con lo cual se paga el sueldo de los diputados.
El salario base de los representantes es de US$1 mil 200 mensuales, pero con dietas y gastos de representación por asistir a las sesiones y participar en diversas comisiones pueden llegar hasta un total de US$3 mil 950.