Vian Morales se pronunció respecto del incendio en el mercado después de haber impartido la bendición a la procesión de Jesús Nazareno de la Guardia de Honor.

El siniestro comenzó en la madrugada del martes último, y destruyó 890 ventas en el segundo piso y 373 en el primero. Además, dejó 153 puestos parcialmente dañados, donde los comerciantes guardaban productos.

Limpian escombros

Inquilinos del mercado esperan que los trabajos de limpieza concluyan mañana. Un grupo formado por vendedores de La Terminal, trabajadores municipales y del Ministerio de Comunicaciones, así como personal del Ejército, colabora en la tarea.

El pasado 28 de marzo comenzó la remoción de cenizas y objetos quemados. Ayer, los comerciantes lavaron el primer piso del mercado, mientras que personal de Comunicaciones trabajó con un soplete para retirar las vigas del techo.

Pablo Sánchez, uno de los damnificados, dijo que un grupo de locatarios se organizó para participar en las tareas de limpieza.

“No se puede calcular cuántos vendedores hay en esta tarea, pero hay desde niños hasta ancianos. Vienen los que quieren y pueden. Lo que nos interesa es terminar rápido con este trabajo”, comentó.

Hidrantes olvidados

El mal estado de los hidrantes y el desconocimiento de su uso quedó evidenciado ayer en un recorrido que Prensa Libre efectuó por el edificio donde funciona el mercado.

Solo en el primer piso se encuentran cuatro hidrantes, montados en las paredes del recinto, los cuales constan solo de un tubo por donde corre agua, la boquilla de cobre en la cual se conecta la manguera y una caja de metal oxidada.

Ninguna estructura tenía manguera. Dos se encuentran en total estado de deterioro. Incluso había basura sobre las cajas de metal rojas. Las otros dos estaban pintadas de verde.

Una vendedora que no se identificó se acercó y preguntó acerca del alumbrado y si sería reactivado a la brevedad. También dijo desconocer la función y uso de un hidrante.

Explicó que alrededor de las cuatro tomas de agua se encuentran ventas de diversos productos, como comestibles y no perecederos.