Martínez no supo explicar a los legisladores de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), la razón de asignaciones dudosas al Ministerio de Comunicaciones, por qué se avaló la ejecución de obras a través de oenegés y la creación de impuestos en una ley temporal.
Omar Franco, intendente de Recaudación de la Superintendencia de Administración Tributaria, afirmó que no se les solicitó opinión para crear nuevos tributos y que trabajaban en una modificación al impuesto al cemento, que no fue la que al final se aprobó.
Exministro visita Minfin
Martínez indicó que el exministro de Comunicaciones y precandidato presidencial del Partido Patriota, Alejandro Sinibaldi, se reunió con las autoridades del Minfin para conocer el Presupuesto, pese a que ya no era funcionario, al parecer porque era el hombre de confianza del presidente.
“Llegó en calidad de ciudadano requiriendo información; cualquiera puede acudir”, afirmó el funcionario. La acción fue calificada por el diputado Carlos Barreda de ilegal y tráfico de influencias.
Según Barreda, Sinibaldi llegó junto con Manuel Baldizón, precandidato de Libertad Democrática Renovada (Líder), para “negociar” fondos para la campaña electoral del 2015, lo cual negó Martínez. Según los diputados, esto explica por qué existen dos dictámenes: uno que se discutió en las mesas técnicas y otro consensuado en secreto.
En entrevistas anteriores, el ministro de Finanzas, Dorval Carías, reconoció haber negociado el plan de gastos con Édgar Barquín, asesor técnico de Líder.
Sinibaldi reconoció que visitó el Minfin con el objetivo de sugerir que los proyectos de infraestructura financiados con préstamos externos no se quedaran fuera. “La reunión no tardó más de 10 minutos”, aseguró.
SIN ACLARAR
Algo que el viceministro de Finanzas no supo explicar.
El dictamen favorable a Q1 mil 900 millones de obligaciones a cargo del Tesoro que quedaron sin destino para el CIV.
El aval para que de nuevo oenegés puedan ejecutar fondos del Presupuesto.
La eliminación del Certificado de Disponibilidad Financiera para hacer obras.
La creación del impuesto a la telefonía, el incremento de las regalías a la minería y el tributo al cemento.
El aumento de hasta Q400 millones para subsidio al transporte urbano de la capital, el cual no tiene techo.