Guatemala

Avances de la Revolución de 1944 están en peligro

Gesta trajo cambios sociales profundos para la población, pero que ahora están en peligro.

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Tanquetas se movilizan hacia el Palacio Nacional el 20 de octubre de 1944. (Foto: Archivo)

Los logros alcanzados por la  Revolución del 20 de Octubre de 1944 en materia educativa, laboral y social están en grave   riesgo, debido al mal manejo de   instituciones por los regímenes posteriores y la falta de políticas públicas para seguir con el desarrollo del país, concuerdan politólogos, sociólogos e historiadores entrevistados.

Carlos Escobar Armas, consultor en derechos humanos y estado de Derecho, afirma que la Revolución fue un parteaguas entre la tradición liberal y el deseo de hacer cambios políticos y sociales  en el país.

Destaca que la conquista más emblemática  de la Revolución fue  la concreción del  Código de Trabajo.  “Con esta legis-
lación laboral  surgió  la necesidad de proteger al trabajador a través del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS)”, expresa.

También señala como avances importantes  la autonomía municipal y  de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac), así como las  reformas  en materia educativa, quizás, indica,  “porque Juan José Arévalo —primer presidente electo de la época revolucionaria— era catedrático y trabajó en educación”.

En cuanto a los logros alcanzados durante el período  de Jacobo Árbenz Guzmán, Escobar Armas recuerda el Decreto 900, con el que se intentó  una reforma agraria con  base en la expropiación de tierras ociosas y el comienzo  de la carretera al Atlántico y el puerto Santo Tomás de Castilla.

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Riesgo actual

Los expertos afirman que en la actualidad “los grandes logros de la Revolución están en riesgo”, debido al modelo político vigente y que a siete décadas de la Revolución los conceptos se borran.

El sociólogo Carlos Guzmán Böckler considera que “si se hubiera dejado encaminada la reforma agraria se hubiera creado un sector social que no ttndría que depender de los salarios miserables sino de una economía modesta pero propia.

Amílcar Pop, legislador del partido Winaq, refiere que en torno del Código de Trabajo “se tuvo una regulación laboral importante y de avanzada para la época revolucionaria, pero ahora está  amenazada por los nuevos modelos económicos y de relación obrero-patronal”.

“Hoy mismo los factores de poder económico del país, a sabiendas de que el Código es una gran conquista de la Revolución, pretenden hacer que retroceda la legislación laboral, y eso es grave. Hoy más que nunca está en riesgo el Código de Trabajo  y las conquistas de los trabajadores”, asegura el congresista.

Artemis Torres, directora de la Escuela de Historia de la Usac, expresa que el modelo de educación que  se implementó en la época revolucionaria “lamentablemente se ha  desvalorizado ahora  por posturas políticas miopes y de sectores sociales que no comprenden que la expresión del arte y humanismo es fundamental”.

“Por ejemplo, han politizado  las instituciones y han desvirtuado  los procesos que ameritan pensar en la comunidad. Vemos entonces que esos logros se han ido apagando, carreras que se cierran y escuelas de arte que ya no funcionan”, dice Torres.

Frágil autonomía

Escobar Armas señala que otros logros emblemáticos de la Revolución que están en riesgo son el Seguro Social  y la autonomía de la Usac.

“Cuando el Ejecutivo, y hablo del caso actual, dispone intervenir el IGSS con el pretexto de que las autoridades estaban haciendo de las suyas, no se respeta la autonomía y entonces se empieza mal”, dice el consultor.

Mientras que en el caso de la autonomía universitaria, Escobar Armas afirma que tampoco se ha respetado. “Algo inusitado en la historia de la

Usac es que en el Consejo Superior Universitario  se forme una masa política que sirva para controlar el poder”, expone.

Pop refiere que 70 años después de que “se buscara una  justa distribución de la propiedad agraria, ahora persiste y se agudiza la  conflictividad por la tierra”.

El diputado asegura: “Ya no es solo el uso de la tierra, sino la utilización de los recursos naturales renovables y no renovables. La conflictividad demuestra la ausencia de políticas de Estado en esa materia. Es urgente entrar a legislar esa materia”.

Torres dice que si no se hubiera truncado la revolución   “tuviéramos una Guatemala distinta, con menos violencia, con un grado cultural alto, donde la pobreza sería menos”.

La historiadora agregó que el presente tendría mucha cultura y expectativa hacia lo humano, algo que comparte Escobar Armas, quien agregó que eso   repercutiría en una cultura tributaria de la que ahora carece la sociedad.

Sucesos que hicieron  historia

Hace  70 años exactos comenzó la sublevación por parte de oficiales jóvenes del Ejército. En principio, sitiaron y bombardearon el Castillo de Matamoros y el de San José con piezas de artillería y tanques.

Los sublevados lograron neutralizar el campo de aviación y el Palacio Nacional.   Los primeros civiles en unirse fueron universitarios que llegaron a la Guardia de Honor en la madrugada,  mientras que un contingente civil, de obreros, se enfrentó  a la Policía  en  barrios capitalinos.

En las primeras horas del 20 de octubre de 1944, Matamoros elevó la bandera blanca en señal de rendición, y a eso de las 10.30 horas lo hizo el Fuerte de  San José. Al caer esas  fortificaciones militares, el gobierno del general Federico Ponce Vaides se fue  a pique.

Esos hechos propiciaron las primeras elecciones libres y el comienzo de un período de 10  años de modernización del Estado, en beneficio de la clase trabajadora.

El sociólogo Carlos Guzmán Böckler explica que esos sucesos ocurrieron en medio de    la gran depresión en EE. UU., la revolución estudiantil en Argentina y  los estertores de  la Segunda Guerra Mundial, los cuales  aportaron elementos para la llegada de la Revolución.

Señala  que la gesta revolucionaria encontró eco debido a la existencia de  un gobierno totalitario, un estudiantado joven, una clase media sin porvenir económico y jóvenes oficiales del Ejército sin esperanzas de ascensos, lo que causó un malestar generalizado.

Guzmán Böckler agrega que en los 10 años que siguieron a la Revolución  “hubo búsqueda de nacionalismo y se abrió la puerta para la participación de partidos políticos y que en las urnas electorales se definiera el futuro del país”.

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