Acciones ediles mal intencionadas

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LA IDEA DE REDUcir las calles tiene como aparente razón el darle lugar a las aceras para sembrar árboles. Obviamente se miran muy bien y ahora los muestran la 6ª avenida de la zona 1, entre el Parque Morazán y la 2ª calle, o partes de la 8ª avenida. La 6ª avenida, al volverse peatonal, dejó espacio para colocarlos y cambiar de esa forma el paisaje urbano. Podría señalarse el irrespeto a la historia de la ciudad, porque los planos de las ciudades españolas del Nuevo Mundo solo incluían árboles en las alamedas. Ni siquiera en los parques, cuyo concepto era el de plazas abiertas. Respetar detalles de este tipo es un concepto imposible de entender para algunos, lo cual puede tener efectos malos cuando se tiene un mando de hecho omnímodo.

SIEMPRE HE PENSADO en la existencia de un plan edil para afectar de manera sutil pero terrible a las tradiciones de la Semana Santa. La 6ª avenida, ahora peatonal, tiene una serie de adornos —algunos de muy dudoso gusto— y ello impide ahora el paso de las procesiones. La limpieza de las alfombras de aserrín deshechas por el paso de los cortejos procesionales se realiza con maquinaria colocada en forma casi amenazante tras los fieles. Es eficiencia, ciertamente, pero las máquinas a veces reducen el tiempo dedicado por ellos para acompañar a las procesiones. Pocos minutos después del paso de las imágenes, esa tradición ha desaparecido. Nadie critica la limpieza, pero sí llama la atención por qué la orden de hacerlo con tal velocidad.

ESTE AÑO HUBO UNA novedad. El Parque Central estuvo rodeado de propaganda edil, con fotos y un irónico llamado a la tradición, además de telas triangulares verdes y moradas, encima de unas gradas circenses —ojalá seguras— para ver las procesiones. Tuvo éxito en su meta: dificultar la observación de las procesiones. Solo se podía hacer cuando pasaban exactamente frente a los fieles. No se podía ver el conjunto, lo cual quitaba la grandiosidad de la visión panorámica. A mi juicio, esa actitud es vergonzosa: una sutil manera de promoción del actual y tan cuestionable gobierno edil. Para alguien necesitado de otro período para escapar de juicios, esa acción es, además de todo, contraproducente, porque entre sus seguidores hay católicos.

DISCULPA. En el Catalejo del 9 de abril, por un error involuntario, en vez de publicar el nombre de Miguel Ángel Asturias, salió el de Miguel Ángel Sandoval, quien envió una carta con la petición de publicarla, refiriéndose a dicho artículo de opinión como una “especie de comentario”. Le hago esta especie de recordatorio: el error no es fuente de derecho y Manuel R. Villacorta, autor del artículo comentado, no lo incluye. Solo puede aclarar el error de haberlo mencionado, pero no se debe incluir su especie de comentario de respuesta, en el cual decidió agregarse a los más importantes jefes guerrilleros durante el enfrentamiento armado interno. Sus especies de puntos de vista, si él lo desea, pueden ser parte de la columna publicada con su firma.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.