Ayuda y realidades

Jaime Francisco Arimany

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Todo lo que vemos es energía, la cual tiene su origen en la cinética. Eso quiere decir que sus elementos se encuentran en movimiento; el origen o la base fundamental de todo lo que vemos son los átomos, los cuales, si queremos hacer un facsímil, ya que son similares al funcionamiento del Sol y sus planetas, debemos recordar que el Sol gira y se desplaza, los planetas se desplazan con el Sol y a su vez giran sobre un eje imaginario. Si suprimiéramos el movimiento de un átomo, habría un gran vacío entre sus partes, ya que ese movimiento es la energía que se convierte en masa, pudiéndose palpar y convertirse en todo lo que vemos.

Si nuestros electrones dejaran de girar y el núcleo se quedara quieto, no tendríamos masa, y podríamos atravesar las paredes o pasar a través de otra persona, que también tuviera sus átomos sin movimiento, porque el espacio que queda entre unos átomos y otros es proporcionalmente enorme.

Las nuevas tecnologías, poco a poco van trasladando al hombre a tener a su servicio máquinas y equipos, a través de sistemas que quieren semejarse a la inteligencia humana y, gracias a ello, una cantidad de trabajo que en este siglo ejecutamos, en un futuro lo podrán realizar las máquinas llamadas robots, pero hay algo que nunca podrán tener las máquinas, que en muchos casos podrán funcionar de una manera semejante a los seres humanos, ello es tener el elemento principal que poseemos, el alma.

Pero mientras alcanzamos esa tecnología, en nuestro país un 70.3 por ciento de su población vive en una situación de pobreza multidimensional, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal); mientras la mayor parte de los habitantes miran la publicidad, contagiada de desesperación, de los candidatos políticos por llegar al poder, haciendo propaganda sin importar leyes y normas, con las mismas ofertas populistas con agotados programas, que convierten a los ciudadanos en codependientes del régimen.

jfarimany@hotmail.com

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