Embargar al Estado

FRANK LA RUE LEWY

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Esta crisis de institucionalidad del Estado es permanente, pero con una tendencia constante a agravarse, y fue el tema de la elección de la Corte Suprema de Justicia y los escándalos en los procedimientos de las Comisiones de Postulación donde quedó de manifiesto la incidencia de los poderes paralelos y de los cuerpos ilegales la que empieza la sacudida actual.

Cabe reiterar,  como hemos dicho antes en otras columnas,  que la justicia siempre fue controlada y manipulada por los sectores de poder tradicional, pero esta vez el susto es que el control lo  están tomando “los capitales emergentes” eufemismo que se utiliza para referirse al dinero y poder proveniente del crimen organizado y actividades ilícitas, fenómeno que además puede repetirse con facilidad en el proceso electoral, para pánico de todos.

El Gobierno se encuentra además en una crisis adicional y es que en este caos de incapacidad, corrupción  estatal y falta de recaudación se quedó sin fondos para funcionar, empezando por el pago de la deuda y los salarios del servicio público. Ante lo que se les ocurre es endeudar más al país. Es así como la propuesta de emitir bonos del Tesoro como una forma fácil  de obtener recursos generando deuda, lo que sería técnicamente ilegal, porque no le genera al país ninguna perspectiva de inversión para el futuro.

Para justificar estos fondos, el presidente también se ve en la necesidad de hacer algunos actos simbólicos de supuesto combate a la corrupción, como denunciar al ex ministro de Salud y al interventor de Migración.  Esta acción pareciera incongruente,  pues él nombró a ambos sabiendo de sus antecedentes.

Hay quienes expresan su angustia ante la posible suspensión de algunos servicios públicos esenciales por la falta de recursos,  ciertamente hay que exigirle al Gobierno que cumpla con los servicios públicos fundamentales, pero esto no debe confundirse con dar apoyo a la solicitud de aprobación de bonos por el Congreso que solo representaría tirarle más deuda sobre los hombros al pueblo de Guatemala, y dejar embargados los servicios públicos y la institucionalidad del Estado a largo plazo.  La alternativa es detener la corrupción, los gastos superfluos y concentrar los recursos en los servicios esenciales.

La alternativa es detener la corrupción y concentrar los recursos en los servicios esenciales.

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