Falta de censos, trabajo a ciegas

Esta carencia de datos correctos ocasiona que las predicciones acerca de las necesidades del país  no sean las adecuadas, y en consecuencia, cualquier decisión   que tome el Gobierno en muchos sectores puede no ser acertada, ya  que este necesita saber cuántos guatemaltecos existen, dónde y cómo viven,  además de una larga serie de datos adicionales, entre los cuales se incluyen algunos relacionados con aspectos políticos y de impuestos.

El conocimiento —si no exacto, al menos muy aproximado— de los datos que necesitan cifras reales  es uno de los factores nacionales de gran importancia. Ciertamente, el costo de 180 millones de quetzales por efectuar un censo en Guatemala es una cifra alta, pero se vuelve pequeña cuando se le compara con los fondos que el Gobierno destina para educación, salud y comunicaciones. Tomar decisiones acerca de cómo será el país en un determinado lapso futuro requiere que los empadronamientos se lleven a cabo no solamente cuando se debe, sino de manera profesional.

Las entidades estatales a cuyo cargo se encuentra el desarrollo de los censos tienen en su trabajo una responsabilidad enorme, que no por poco conocida deja de ser fundamental. Trabajar en base a proyecciones equivocadas resulta ser una garantía de errores. Como consecuencia del alto porcentaje del crecimiento poblacional, la distancia de los 13 años pasados entre el 2002 y el 2015 es demasiado extensa. Por aparte, existe la duda de si ese censo tan lejano fue realizado de manera correcta, por lo que sería conveniente analizar este extremo.

Hasta ahora, la información más confiable  acerca de la población de Guatemala parece  ser la que hizo pública en fecha reciente   la Oficina de Referencia Poblacional (PRB, en inglés). Sin embargo, algunos de los datos que arroja esa medición no son completos para el país, porque —por ejemplo— separa a la población en 0 a  15 años, 16 a 64 y 65 o más.

Para el caso de Guatemala y de otros países en situaciones similares hubiera sido mucho más útil  saber cuántos guatemaltecos tienen de 0 a 18 años, para conocer cuántos adultos existen, así como  dividir este número entre segmentos de 19 a 25, 26 a 45 y 46 a 65. Con esto se facilitan muchas de las decisiones que se deben tomar cuando se quiere llevar un mensaje a determinados grupos sociales.

No se puede navegar a ciegas. Sin la información correcta no es posible tener el poder de cambiar lo que necesita ser cambiado en Guatemala.

Por eso  la importancia de cumplir con los censos, ya que las mediciones de población tienen una importancia total.

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