Hasta siempre, mamá

Francisca Gómez Grijalva

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Mi querida mamá renunció a la idea de perder su cabello, la importancia de conservarlo no era un asunto de estética. Ella tuvo la certeza que cada uno de sus cabellos constituían puntos de conexión entre su cuerpo físico, espiritual, mental, energético y emocional, que su pelo era parte fundamental de su identidad política maya k’iche’.

Ella fortaleció su espiritualidad a lo largo de su enfermedad, decidió cambiar sus hábitos alimenticios y aceptó la llegada de la muerte con dignidad.

Su estoicismo ante el dolor indescriptible que sufría nos confirmó la grandeza de su poder creativo y liberador como mujer Kan. En las últimas semanas de su vida, nos dijo: “Wa´ we jun yab´il xaxqanariq”. La traducción al español es: esta enfermedad ya maduró. En todo momento nos recalcó que al llegar la hora de partir físicamente que no nos entristeciéramos, nos cuidáramos, respetáramos, apreciemos nuestras vidas y mantengamos la unidad entre hermanas y hermanos.  

Antes de partir nos regaló momentos maravillosos, a pesar del dolor que sufría, se mostró animada, en sus conversaciones nunca hizo falta el buen humor. Nos reunió a hijas e hijos para distribuir sus servilletas. De las tantas servilletas que bordó, se puede apreciar el arte y las variadas técnicas de bordado que aprendió de forma autodidacta y desarrolló con creatividad. El gusto en la combinación de diseños y colores es extraordinario y lleno de vida. Al heredarnos su creación, arte y talento nos exhortó a seguir su ejemplo de austeridad y valoración de sus bienes
materiales.

La coherencia entre su discurso y su práctica la corroboramos cuando nos recomendó que su entierro fuera alegre, acompañándola de la casa a la iglesia y de la iglesia al cementerio, con cánticos y música alegre.

Estamos convencidas y convencidos que la alegría, la luz, la sabiduría y la inteligencia de nuestra madre brillará en nuestros corazones y en nuestras mentes. Nos queda dignificar su memoria a través de cultivar, cuidar y hacer florecer en nuestras vidas, su talento, energía, esencia humana tal cual lo hizo con su sabiduría, sus conocimientos y habilidades en el bordado, la costura y el cultivo de flores, hierbas aromáticas y árboles frutales.

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