La mala administración

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El caso del hospital psiquiátrico Federico Mora no debiera sorprender a nadie, más bien es altamente representativo de la matriz de prioridades, el abandono de responsabilidades elementales y la administración por crisis.

Lo que se denota y debe ser evidente de esta crisis del gasto público, como tantas otras que han venido atrás, es que la causa es la mala planificación y programación, y de manera fundamental, la mala administración, en todo el sentido del término. Como en toda empresa y organización, esta mala administración es responsabilidad de la gerencia, que no ve venir los problemas y se ahoga en ellos al tiempo que busca victimizarse y trasladar a otros las culpas. No ha sabido administrar los recursos que tiene para cumplir compromisos que ya conoce ni se preparó para resolver contingencias, que es, ni más ni menos, mala administración.

El Gobierno es grande y complejo, con una multitud de funciones y tareas, pero no deja de ser una organización.

Hay empresas, como Apple o Toyota, que son, por mucho, organizaciones más grandes que el Gobierno de Guatemala. En todo tipo de empresas y organizaciones, la administración es “la función que coordina los esfuerzos de las personas por alcanzar metas y objetivos, utilizando recursos disponibles de manera eficiente y efectiva”.

La administración enunciada de esta manera es una función, pero también debe entenderse como una ciencia social o tecnología y como tal, tiene principios esenciales que la regulan, que la hacen ser lo que es. Hay muchas teorías sobre la administración, pero la mayoría de ellas encierra algunos principios elementales a todo tipo de organización humana, desde la más fundamental, la familia, hasta un equipo de futbol o banda musical, empresas pequeñas, medianas, grandes, sean estas lucrativas o no, y por supuesto, gobiernos.

Hay diferentes escuelas y gurús de la administración, que van de los estudios científicos hasta la simple descripción de buenas prácticas. Un clásico, Henri Fayol (1841-1925), consideraba que la administración encierra seis funciones elementales: pronóstico, planificación, organización, dirección, coordinación y control. Todo administrador realiza estas funciones, de manera explícita o implícita, para tener éxito, entendiendo éxito como la capacidad de alcanzar o superar metas y objetivos.

Al decir que la crisis fiscal es por una mala administración, se entiende que el Gobierno, concretamente sus gerentes, no son efectivos en el pronóstico, planificación, organización, dirección, coordinación y control de la organización. Además de no distinguir entre lo nuestro y lo vuestro.

fritzmthomas@gmail.com

ESCRITO POR:

Fritz Thomas

Doctor en Economía y profesor universitario. Fue gerente de la Bolsa de Valores Nacional, de Maya Holdings, Ltd., y cofundador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).