¿Qué pasa en Ocós?

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Ocós es un municipio de gente joven. Obtener fuentes de estudio y de trabajo formal es, sin duda, la mayor preocupación.

La semana pasada, una nota periodística puso en realce este lugar. La noticia indicó que tras un operativo guiado por el Ministerio Público y, en consecuencia, con aval judicial, así como con la  coordinación de la PNC, se incautó la nada despreciable cantidad de Q10  mil millones  en “mercadería” destinada para elaborar droga sintética —la más nociva y perjudicial para la salud—. El “exitoso” operativo no logró la captura ni del guardián y ni un centavo en efectivo. Es imperdonable que una acción de esa magnitud se haya llevado a cabo y no existan capturas. Es imposible que la “bodega” haya estado sin vigilantes todo el tiempo, y lo que es peor, ojalá exista una excelente cadena de custodia para asegurar la destrucción del 100%   de lo incautado para ser destruido. Los “misteriosos robos o incendios” de almacenes oficiales son comunes.

Q10  mil millones  es demasiado dinero si se habla solo de material “en inventario”, lo cierto es que han  circulado saber por cuánto tiempo cantidades similares y que Ocós ilustra la jungla que habitamos, pero también sirve para identificar la forma tan precaria como nuestras autoridades encaran el flagelo del narcotráfico. Veneno en las calles son las drogas sintéticas, si pretendemos que con confiscaciones de “suerte” de “productos” el problema está resuelto, el horizonte está perdido.

Ocós debe servir para exigir una seguridad bastante más inteligente y, sobre todo, más prudente. Es notorio que se debió esperar para hacer una verdadera acción que dejara tras las rejas a los dueños del pastel, quienes, de seguro, operan en nuestro país, México y Estados Unidos.
Vienen las elecciones, ojalá el Tribunal Supremo Electoral conozca estos datos, porque sin ser especialista en “seguridad” podemos contar ríos de plata sucia con ganas de entrar a la contienda.

Con Q10  mil millones   cualquier empresa podría dar empleo a muchos en todo el mapa nacional, imaginemos lo que esa estructura hace para operar con total impunidad en un lejano municipio con una historia rica,  pero sin mayores opciones para el desarrollo.

ESCRITO POR:

Alejandro Balsells Conde

Abogado y notario, egresado de la Universidad Rafael Landívar y catedrático de Derecho Constitucional en dicha casa de estudios. Ha sido consultor de entidades nacionales e internacionales, y ejerce el derecho.