¿Quién es el Papa?

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 Es el sucesor del apóstol Pedro. Es un hecho incontestable que Pedro es el hombre que Jesús eligió y puso al frente de sus doce apóstoles. Algunas afirmaciones del Nuevo Testamento dan a entender que fue el primero a quien Jesús resucitado se apareció. No nos han llegado documentos suficientes para reconstruir su vida con la amplitud deseable. Murió mártir en Roma durante la persecución de Nerón.

La Basílica de San Pedro en el Vaticano surgió sobre su tumba y este hecho arquitectónico está comprobado con investigaciones arqueológicas. Pedro vivió en Roma y fue pastor de esa Iglesia naciente. Tras su muerte, poco a poco surgió la conciencia de que los guías y pastores de la comunidad cristiana de Roma eran los herederos de la autoridad que Jesús había otorgado originalmente a Pedro, para fomentar la unidad y consolidar la Iglesia.

Al prestigio y singular reconocimiento otorgado al obispo de la Iglesia de Roma en el conjunto de la cristiandad contribuyó el hecho de que también el apóstol Pablo concluyera su misión y su vida en Roma. Allí fue decapitado. Pablo es el autor de trece cartas que forman una buena parte del Nuevo Testamento. Si Pedro representaba la solidez de la institución eclesial, Pablo llevó el Evangelio a los confines del mundo. A finales del siglo II, Ireneo, obispo en la ciudad de Lyon, indicaba que el obispo de Roma era la persona a la que había que recurrir para dirimir las cuestiones doctrinales de la época, pues era el heredero de la autoridad de Pedro y de Pablo.

De los apóstoles presididos por Pedro creció la Iglesia. Los obispos presididos por el Papa son hoy sus guías y maestros. La Iglesia católica funda sus reivindicaciones de autenticidad no solo en la fidelidad a la palabra de Dios sino también en la fidelidad a la institucionalidad que Jesucristo estableció para su Iglesia y que se tiene una de sus manifestaciones importantes en la sucesión de los obispos de la ciudad de Roma. Sólo negando el valor, la realidad y la importancia de esta institucionalidad ha sido posible la aparición del cristianismo no católico. Hoy la Iglesia celebra el aniversario de la muerte de Pedro y de Pablo, y por eso también ora por el Papa.

Los papas de los últimos cincuenta años han sido hombres excepcionales, hasta el punto de que dos de ellos han sido declarados recientemente santos. San Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, san Juan Pablo II y Benedicto XVI, cada uno con su estilo y personalidad propia, han tenido un impacto en la vida de la Iglesia católica y en el mundo entero que solo personajes de talla singular son capaces de realizar.

Cuando uno hubiera pensado que era imposible encontrar un sucesor a la altura de estos hombres, el papa actual, Francisco, reinterpreta el cargo y lo proyecta con una fuerza inédita, una osadía creativa y una libertad que rompe esquemas para que Jesús y su Evangelio sean también hoy referencia que da luz y vida.

ESCRITO POR:

Mario Alberto Molina

Arzobispo de Los Altos, en Quetzaltenango. Es doctor en Sagrada Escritura por el Pontificio Instituto Bíblico. Fue docente y decano de la Facultad de Teología de la Universidad Rafael Landívar.