Racismo “humanitario”

Juan Carlos Lemus @juanlemus9

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En tanto, desde unas aldeas perdidas en el lejano Quiché, hace nueve días nos enteramos de que debido a las lluvias se desplomó un cerro, unas comunidades se inundaron y mucha gente fue albergada en un salón.

Un día después de la tragedia, la Conred declaró alerta amarilla institucional; las autoridades de Ixcán, alerta roja municipal, y la Coordinadora Departamental, alerta anaranjada. Se reportaron unas mil 430 personas afectadas y alrededor de 200 viviendas dañadas. Para que se forme una idea, es más o menos la cantidad de viviendas que cabrían a lo largo de la Avenida Reforma y un poco más allá.

No sé si a usted le pasa, pero cuando oigo que las personas son albergadas en un salón, me imagino un sitio con camas, sábanas, comida y agua pura. Pero en realidad duermen tiradas en el suelo, no tienen comida y el agua es en extremo racionada.

La tarde siguiente a la tragedia, fuentes oficiales de Conred informaron que se “movilizó asistencia humanitaria” (Prensa Libre, 14 de marzo), además de que sobrevolaron para verificar los daños. Mejor todavía, a los dos días, un portavoz oficial dijo que atendieron a 900 personas de Playitas y de ocho comunidades más. A las víctimas les proveyeron de víveres, agua y frazadas. Lo extraño es que casi una semana después de tan magníficas declaraciones, las cámaras (noticiero Guatevisión, 19 de marzo) muestran un panorama desolador. Enfocan a la señora Carlota Calel, una de las afectadas, llorando y exclamando: “¡Ya no tenemos siembra, ya no tenemos nada! ¡Estamos destrozados! ¡Ya no podemos comer!”. En cuanto al albergue, el corresponsal Santiago Botón describe familias desconsoladas y sin ayuda, unas se instalaron en campamentos a orillas de la comunidad, en tanto que otras están, dice, “atiborradas” en el salón, “abandonadas a su suerte, sin recibir ayuda humanitaria”.

Un colega mío que trabaja en Ixcán relata el desastre: el cerro desplomado y las aldeas inundadas obligaron a los pobladores a desplazarse hacia aldeas próximas, en donde son apoyados por sus vecinos, que les dan comida y agua. Distribuyen los alimentos que reciben de organizaciones humanitarias. “Los más jodidos son los de Playita y otras aldeas de más adentro”. Hasta allí no se puede llegar, solo en bestias, pero ahí van los pobladores, cargando bultos y solidarizándose como pueden.

Ya llevan nueve días destrozadas por inundaciones la Avenida de Las Américas, los edificios de todo el bulevar Los Próceres y la Diagonal. Es un desastre. Perdón, quise decir las aldeas Playitas Copón, Bañadero, Campamac, Saraguate I, La Tana, San Pedro Cotija, Monte Cristo, San Pablo Nápoles, Monte Rico, Río Azul, Las Victorias, Paraíso. Son unas 11 mil gentes, solo que quichelenses. Esa es la conciencia, los sueños y estilo de gobierno del Partido Patriota.

@juanlemus9

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