¡Semejante estupidez!

Samuel Pérez Attias

|

Otros vendedores actuarán de la misma forma hasta encontrar el nuevo precio de equilibrio. Cuando los mercados están más concentrados, los vendedores, si coluden, tendrán más incentivos para mantener precios altos o menos flexibles a la baja, pues el margen de utilidad es mayor si no se compite por capturar volumen. El problema de oligopolios y carteles es que al distribuirse regiones o acuerdan cuotas de producción y/o precios, actúan como monopolistas y el consumidor es quien sufre al no beneficiarse de la baja de los insumos.

Pero aunque haya que esperar para ver menores precios, la baja de combustibles tiene un beneficio para el consumidor promedio. El transporte público y de mercancías debiera reflejar menores precios por tener menores costes de operación. Quienes utilizan vehículos motorizados también pagarán menos por usarlos. Este efecto marginalmente mejora los ingresos de los consumidores. Ahora, al gastar menos dinero en gasolina, tienen más opciones para pagar la deuda de las fiestas de diciembre, de los útiles escolares o el pago atrasado de la renta. La economía se dinamiza al incentivar a otros consumidores a usar ese excedente. Del 5 de diciembre hasta hoy, el precio de la gasolina regular ha bajado unos Q5 por galón y seguirá bajando.

Los precios del petróleo continúan su tendencia. No hay razón para que el combustible suba en las próximas semanas, por lo que estos momentos de reducción de costos debieran ser una oportunidad para que el Gobierno supervise que el consumidor sea el beneficiario final y no al revés.

Pretender poner un impuesto al combustible en estos momentos es una medida ineficiente, incongruente y sin fundamento técnico. Tal vez el adjetivo que mejor queda para semejante propuesta es una soberana estupidez. El Gobierno demuestra su incompetencia en materia económica y roza el límite de la tolerancia de la población. Además de la corrupción y desvío politiquero de los fondos públicos, el Gobierno ha sido incapaz de atender las demandas más urgentes de la población guatemalteca durante su período. Como diría la rana René: “A veces pienso que esos anuncios son distractores de otros problemas más serios, pero cuando veo que sus distractores son tan penosos como el problema que quieren ocultar, se me pasa…”.

Samperez1@gmail.com

ESCRITO POR: