Símbolos del poder

RENZO LAUTARO ROSAL

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En el fondo, trasladan símbolos profundos: nuevos ricos que quieren venderse como cercanos a los sectores populares, que ante la carencia de gustos refinados expresan sus ansias de poder tras armas, joyas y una desvergonzada pose donde no hace  falta la infinidad de guardaespaldas, pagados con fondos públicos —¿dónde quedó la bandera de la austeridad?—.

Ese circo degradante expresa un recambio en el perfil de los políticos; vamos de mal en peor, pero ocurre algo interesante. Mientras unos se promocionan de esas formas, a la manera barroco-chapín, otros los modifican por lados poco perceptibles. Sus perfiles académicos formales han mejorado —ahora son egresados de carreras universitarias, incluso con posgrados—, poseen ciertas experiencias profesionales —han laborado en diversas instituciones por varios años, aunque no sepamos cómo lo han hecho—, manejan el reparto de cuotas por género o etnia —veamos el caso de la nueva Corte Suprema de Justicia, con cinco mujeres, de un total de 13 miembros; dos indígenas, aunque ignoro si se reconocen como tales—.

Entonces el asunto no está en el perfil, sino en el juego de intereses al que obedecen y por los cuales les corresponde actuar.  Elevar los formalismos resulta engañoso, cumplir esos requisitos no es indicador de mejora sustantiva; por el contrario, mientras nos preocupamos en elevar esa cinta, las mutaciones del poder ocurren en senderos ocultos.

No vemos señales de cambio a la distancia. El declive se mantendrá mientras la entente PP-Líder se consolide para extender la transición entre quienes se han parecido desde sus propios orígenes, cuyas cercanías en cuanto a intereses los hacen inseparables. Parecen bailar salsa, tango o cualquier danza donde por momentos rozan sus cuerpos y en otros se sueltan para hacer movimientos por separado. A como están las cosas, se aleja cualquier indicador de cambio, aunque sea ligero.

Regresemos a la escena de los desfiles callejeros. Lo que allí se expresa, combinado con los operadores disfrazados de profesionales, es la mancuerna del futuro cercano. El poder contiene sus propios ingredientes para mantenerse vigente y transformarse sigilosamente, en tanto nos entretenemos con lo periférico.

renzolautaro.rosal@gmail.com

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