ENCRUCIJADA

Agendas y escenarios

Juan Alberto Fuentes Knight

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La efervescencia social manifes- tada el 25 de abril persiste y aumenta. Provocó la renuncia de Roxana Baldetti, ya sujeta a un casi ineludible retiro de su derecho a antejuicio por parte del Congreso. Simplemente se adelantó a lo inevitable. El seguimiento del juicio, ahora que ha renunciado, será parte de la agenda anticorrupción, pero obviamente hay que ir más allá.

Existen al menos tres escenarios que pueden imaginarse actualmente en relación al panorama de movilización social que se está dando. Un primer escenario sería que el movimiento social perdiera fuerza gradualmente, pero esto no está ocurriendo. El segundo escenario, actualmente vigente, es que el movimiento social continúe fortaleciéndose. La exigencia de que la vicepresidenta renunciara, entre otras demandas sociales, tuvo un efecto catalizador. Condujo a que actores importantes como el Cacif, grupos de élite y partidos políticos adoptaran de manera reactiva esta amplia demanda social. Organizaciones del campo también se sumaron.

Algunos contemplan un tercer escenario, muy especulativo: podría darse un desborde social o un rompimiento del orden institucional, provocado por pequeños grupos organizados y no por las fuerzas más sueltas o menos organizadas que hasta ahora caracterizaron las protestas sociales.

¿Cuál será la agenda de cambio que se impulsará ante estos escenarios? En los dos primeros, especialmente ante una fuerza social vigorosa y pluralista, es probable que las reivindicaciones se centren en demandas para castigar y reducir la corrupción. Es el mínimo común denominador. Además de un juicio decisivo de Baldetti, es probable una creciente atención en depurar y reestructurar la SAT, prohibir el financiamiento privado de partidos, depurar al conjunto del Estado y exigir un reclutamiento estricto de nuevos empleados públicos capaces y honrados. Seguramente surgirán otras ideas. Ojalá cobrara fuerza la idea de depurar el Congreso por la vía del voto, sin reelección de los diputados sospechosos de corrupción. Una agenda centrada en la lucha contra la corrupción podría movilizar a amplios sectores de la población para exigir su cumplimiento.

La agenda es más compleja en el caso del tercer escenario, que podría significar cambios institucionales equivalentes a una reforma completa del Estado, pero donde se combinan visiones contradictorias de corto y de más largo plazo. Algunos le llaman al escenario Honduras 2009, que significaría a corto plazo un golpe de Estado y un rescate del poder por parte de los sectores más conservadores del país. Otros hacen referencia a la revolución de 1944, que implicaría, dentro de una visión de más largo plazo, convocar una Constituyente y formular una nueva Constitución. En cualquier caso, Guatemala necesita cambios profundos, pero lo mejor sería comenzar con paso seguro para reducir la corrupción, con base en una amplia alianza social. Serán los primeros pasos para crear un nuevo Estado.

fuentesknight@yahoo.com

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