CATALEJO

Al respecto de la libertad de prensa

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DESDE HACE 22 AÑOS, la Asamblea General de la ONU decidió declarar al 3 de mayo día de la libertad de prensa. A causa de la importancia de la actividad periodística para permitir a los ciudadanos de cualquier sociedad estar mejor informados del acontecer cotidiano local e internacional, es útil detenerse de nuevo en el largo y sinuoso camino del ejercicio del periodismo, para recordar cómo era la situación de hace algunos años, cuál es ahora y cómo puede presentarse el futuro inmediato, mediato y a largo plazo. Igualmente es adecuado analizar de nuevo la realidad mundial como consecuencia de la tecnología de hoy, impensable hasta hace muy poco tiempo. Y se debe también meditar sobre el significado actual de dicho concepto.

LA LIBERTAD DE PRENSA es una manifestación de un derecho humano fundamental: el de emisión del pensamiento. La diferencia es sutil, porque el pensamiento es intrínseco a todos los seres humanos, quienes al expresarlo realizan una actividad igual a la de los periodistas y columnistas. La prensa es una institución social, llamada por algunos el cuarto poder, en referencia a su capacidad de influir en la vida de la sociedad y por ello en la Historia. No puede haber libertad periodística si al mismo tiempo falta la de expresión. Toda expresión humana, oral o escrita, cabe dentro del campo de la emisión del pensamiento, pero no por ello encaja necesariamente en el campo del periodismo, cuyas características propias son muy específicas.

EL AVANCE TECNOLÓGICO ha convertido en una realidad al alcance de todos a la libre expresión del pensamiento individual. En esencia no puede tener límites adicionales, y en ello radica buena parte del peligro de divulgación de afirmaciones falsas, descuidadas o malintencionadas. Por su parte la libertad de prensa se debe ejercer dentro de los cánones a los campos enmarcados por las leyes de la materia, además de las normas propias e internas de las instituciones periodísticas. La libertad de prensa ejercida por periodistas y medios de comunicación, debe ser apoyada para darle al público información con mayores posibilidades de ser confiable, por haber sido obtenida —esa es la teoría— por profesionales actuando según las normas de la profesión.

EL APOYO A LA LIBERTAD de prensa, ejercida sobre todo por los periodistas y editorialistas, tiene como resultado entonces afianzar esa posibilidad de información balanceada y correcta. Cuando cualquier persona particular, funcionario público, ministro de culto, manifiesta intolerancia a la crítica periodística y por ello atenta, amenaza, asesina, descalifica o mal informa a los hombres y mujeres de prensa, sale doblemente afectado. Primero, porque no logra silenciar una crítica, al ser esta multiplicada por miles de veces en las redes sociales, por ejemplo. Segundo, se retrata a sí mismo como culpable de cualquier señalamiento expresado en la prensa profesional.

NO SE DEBE HABLAR DE LA libertad de prensa en Guatemala, sin recordar a los caídos debido a la intolerancia, a la miopía y tozudez ideológicas, al abuso de poder. En la generación de periodistas de los años 70 al 2000, muchos cayeron y sus cónyuges e hijos se convirtieron en las verdaderas víctimas del ejercicio periodístico en ese tiempo. Hoy desapareció el crimen contra periodistas como política de estado o una acción derivada de ideologías, pero el crimen organizado tomó su lugar. Eso explica los 111 atentados contra periodistas el año pasado y el asesinato de tres de ellos. El panorama se presenta oscuro. No presagia mejoramiento. El gran reto es mantener esa libertad y explicar a los ciudadanos la tragedia de perderla.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.