Q’A NO’JB’AL

Alto al sistema

Kajkoj Máximo Ba Tiul

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Las medidas económicas recomendadas por el FMI, BM, Banco Europeo, Banco de China, los BRICS y otros organismos de inversión, así como las propuestas de las Naciones Unidas sobre el IDH, medio ambiente, cambio climático, tierra y derechos humanos corresponden a un solo paradigma, el occidentalismo o capitalismo.

Por un lado, los Estados hablan de derechos humanos y, por el otro, decretan medidas económicas, todo con la excusa de querer resolver la situación de pobreza y extrema pobreza en la que viven la mayoría de nuestros pueblos y que afecta principalmente a indígenas, hombres, mujeres, ancianos, ancianas, niños y niñas.

Voces de protestas existen en Grecia, India, Pakistán, Afganistán, Turquía, India, Filipinas, Mongolia, Kosovo, España y Alemania en contra del sistema. Pero también hay intromisiones de gobiernos que se niegan a aceptar que por ellos es que nuestra situación es cada vez más caótica.

Barack Obama emite un decreto contra Venezuela, declarándolo un peligro para la seguridad de Estados Unidos, cuando en realidad son ellos y los llamados países desarrollados un peligro para todo el mundo, por la exagerada inversión que le dan a los gobiernos y sus empresas para destruir los bienes de la naturaleza, principalmente en América Latina y África, sin importarles el grave daño que hacen a la sagrada tierra y a la humanidad.

En estos últimos años se ha acrecentado el debate sobre las nuevas salvaguardas del Banco Mundial y la aprobación de un nuevo protocolo sobre el cambio climático, que será presentado en la COP21 en París, Francia, las discusiones sobre el incumplimiento de la consulta libre, previa e informada a los pueblos y otros temas más. Si no dejan a un lado las normas sobre derechos humanos, talvez podrían limitar un poco el abuso de la inversión, el mercado y el desarrollo y fortalecer el desarrollo humano.

En Europa, un grupo de representantes de organizaciones sociales, de pueblos, intelectuales, militantes, activistas, de Europa, Estados Unidos, Asia, África y América Latina recorrieron varios países solicitando a los gobiernos que sus inversiones estén más en sintonía con los derechos humanos.

Se realizó un debate de dos días en Alemania, sobre los Derechos Humanos y las Inversiones en el mundo, en donde participaron organizaciones sociales de Europa, representantes del Banco Mundial y diputados de Europa. En Washington, en la sede de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, otro grupo de organizaciones sociales, principalmente de derechos humanos y de pueblos indígenas, debatieron sobre los obstáculos que hay para que los países apliquen y reconozcan el derecho a la consulta a los pueblos, de acuerdo con el convenio 169 de la OIT.

En conclusión, la tónica fue la misma, y es que tanto los gobiernos como la inversión, el mercado y el desarrollo no respetan los derechos humanos y están dejando saldos trágicos humanos y urge ponerles un hasta aquí.

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