PLUMA INVITADA

Austeridad es la clave

Eduardo Estrada Revolorio

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El 14 a las 14 de enero concluyen las actividades del gobierno transitorio y se producirá la toma de posesión de la dupla presidencial que durante los próximos cuatro años tendrá la gran responsabilidad de dirigir y administrar los destinos de un país sumido en la desesperanza. Luego de una brevísima algarabía para celebrar la victoria obtenida en las urnas, la administración electa enfrentará un panorama de dimensiones incalculables, pues a las múltiples reclamaciones sociales que se avecinan, además de las obligaciones económicas contraídas en forma irresponsable se adiciona un agravante más: la indisponibilidad de recursos económicos, extremo que según los expertos en la materia obliga a escoger solo entre dos caminos: mayor endeudamiento o castigar al pueblo con más impuestos; no elegir ninguno de ambos equivaldría a emplear los exiguos ingresos, solo para gastos de administración.

En cualesquiera de los casos, la nueva administración tiene la difícil, pero ética obligación de administrar los recursos públicos en forma austera, transparente y eficiente, no solo porque esa debe ser la actitud ejemplar de todo mandatario y funcionario público, sino porque habrá una fiscalización constante sobre el particular. En ese sentido, y ante el oscuro panorama económico que se avecina, austeridad es una de las actitudes privilegiadas que deben observarse, debiendo suprimirse toda clase de gastos superfluos, aunque estén contemplados dentro del presupuesto, verbigracia: celebraciones y festejos, así como la no circulación de vehículos oficiales durante los días de feriado y los fines de semana, y la supresión de trabajadores fantasmas, entre muchos otros. Si bien es cierto que la eliminación de estos pudiera no incidir significativamente en el gasto público, también lo es que tal actitud representaría un mensaje positivo hacia la población, con lo cual podría principiar a recuperarse la confianza perdida, y a su vez generar mayor recaudación tributaria.

En la actualidad existen diversas organizaciones civiles que, con renovado espíritu patrio, han manifestado su determinación de continuar con plantones frente al Palacio de Gobierno, además de emprender acciones legales, al nomás tener conocimiento de que las autoridades de turno cometan actos de corrupción, así como disposiciones que afecten los intereses de la gran mayoría de la población. De esa cuenta, las disposiciones que emanen del gobierno deberán producirse en el marco del consenso social, privilegiando el bien común para evitar manifestaciones en su contra y eventualmente situaciones que agraven la convivencia pacífica entre gobernantes y gobernados, extremos que deben evitarse a toda costa.

Respecto a la administración de los recursos, la Biblia contiene ejemplos de cómo se deben planificar, los cuales pueden aplicarse en todos los ámbitos del quehacer humano, con los siguientes beneficios para quienes confíen en ellos.

En Lucas 14:28 encontramos lo siguiente: “Porque ¿Quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después de que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar”.

El versículo citado ejemplifica la forma de planificar y administrar los recursos, a efecto de que toda inversión y gasto público se haga en correspondencia con los ingresos reales.

*Abogado y Notario

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