PLUMA INVITADA

Belice merece condena moral

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El asesinato cometido por soldados beliceños durante varios años contra humildes campesinos guatemaltecos se ha repetido hace poco, con el condenable crimen a balazos contra un inocente niño de apenas 13 años, como si fuera delincuente, y heridas a su padre y a su hermanito de 8 años, en la aldea San José Las Flores, Melchor de Mencos, Petén. Este triste suceso, sin razón alguna, ha provocado el repudio general de nuestro país y de otras naciones amigas. El Gobierno ha solicitado urgente investigación a la Organización de Estados Americanos (OEA) y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), para que sean castigados los autores y jefes militares que dieron la orden. A la fecha, estos enemigos de la paz suman 10 muertos, muchos heridos y capturados, de igual forma violenta. Lo irónico, las víctimas nunca han usado fusiles.

El único delito de esta gente es vivir del trabajo agrícola que desarrolla cerca de la famosa “línea de oro” de los beliceños. Si los campesinos pisan por equivocación esta franja que históricamente pertenece a Guatemala, lo elemental sería retirarlos con educación, en vez de matarlos a sangre fría. Numerosas familias residentes en más de 30 comunidades de esa insegura zona fronteriza, por indiferencia de los gobiernos, padecen, además del derramamiento de sangre, de extrema pobreza, vivienda, salud, educación, agua, energía, marginación y otras lacras sociales. Urgen de asistencia gubernamental con programas de seguridad, servicios y desarrollo sostenible. Los beliceños, de manera por demás ridícula, se hicieron los ofendidos, cuando las víctimas no usaron armas.

El presidente Jimmy Morales, en su oportunidad, dijo con valentía que condenaba el cobarde y desmedido ataque y que exigía al gobierno beliceño capturar a los responsables para ser juzgados. Retiro de inmediato a su embajador Manuel Estuardo Roldán Barillas, quien por su parte denunció el estricto entrenamiento de un comando inglés y tropas beliceñas —amenaza—. El canciller Carlos Raúl Morales también alzó su voz de protesta y el Ejército, la Procuraduría de los Derechos Humanos y diputados de la Comisión Específica para Petén marcaron presencia en ese lejano sector. El Congreso de la República, por su parte, demostró excelente actitud.

De nuevo Belice ha violentado el Acuerdo Marco sobre Negociación y Medidas de Fomento, firmado por ambos países en Nueva York, en el 2005, el que prohíbe usar la fuerza y la amenaza, pero sus elementos castrenses continúan cometiendo asesinatos porque creen que esta palabra no aparece en ese documento. Algunos soldados han sido condecorados por matar a guatemaltecos —insólito—. Los beliceños deben saber que amamos la paz, que somos valientes y sabemos defendernos, por lo que exigimos respeto y justicia para nuestros compatriotas. Esperamos que este nuevo ataque criminal no quede en el olvido, como los anteriores.

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