PERSISTENCIA

Civilización y cultura

Margarita Carrera

|

Hasta el presente no se ha deslindado la diferencia entre el término cultura y el término civilización.

De manera general, se toman como palabras sinónimas, sin embargo, no lo son.

El diccionario de la Real Academia Española da definiciones en extremo pobres. Civilización. f. Acción y efecto de civilizar o civilizarse. / Conjunto de ideas, creencias religiosas, ciencias, artes y costumbres que forman y caracterizan el estado social de un pueblo o de una raza. Cultura. (del lat. cultura) f. Cultivo. / ant. Culto, homenaje referente que se tributa a Dios. / fig. Resultado o efecto de cultivar los conocimientos humanos y de afinarse por medio del ejercicio las facultades intelectuales del hombre.

Con civilización se hace hincapié en las ideas, etc. que conforman “un pueblo” o “una raza”. Cultura, en cambio, es un resultado de cultivar conocimientos o de ejercitar el intelecto humano.

Aunque las definiciones que de uno y otro término da el Diccionario son limitadas, este no establece que sean sinónimos.

Según mi punto de vista, es oportuno fijar la significación exacta de civilización y cultura, marcando claramente las diferencias que las separan, así como el lazo que las une.

Propongo, pues, las siguientes definiciones: civilización implica, en primera instancia, el conjunto de ideas y creencias morales (en su mayoría de origen político y religioso) de donde se toman las leyes que han de regir al hombre. Esencialmente son de origen jurídico, ético o religioso.

Al decir civilización se evoca, ante todo, la prohibición. Prohibición a los insaciables deseos del individuo, la cual redunda en provecho de la sociedad.

Aunque Freud utilice el término de cultura como sinónimo de civilización, basándome en sus propias teorías, determinaré lo que caracteriza a la segunda. De acuerdo con Freud, “el término cultura (léase civilización) designa la suma de las producciones e instituciones que distancian nuestra vida de la de nuestros antecesores animales y que sirven a dos fines: proteger al hombre contra la Naturaleza y regular las relaciones de los hombres entre sí…”.

Así, pues, la cultura (léase civilización) ha de ser defendida contra el individuo, y a esta defensa responden todos sus mandamientos, organizaciones e instituciones.

De tal manera que por civilización hemos de entender todos aquellos rigores, leyes, mandamientos que consolidan a una sociedad y la caracterizan. Su base fundamental reside en la represión del mundo instintivo individual. Consecuencia: la libertad individual se ve necesariamente limitada.

Por cultura hemos de entender, según mi criterio, aquellas manifestaciones humanas que proceden del individuo y se dirigen a la producción intelectual y artística. Sus dos principios fundamentales son la libertad y la individualidad. Se enfrentan, así, en una u otra forma (ciencia o arte) a la civilización represora.

“La cultura —expone Robert Paris?— es la respuesta del hombre a la limitación “aniquilante” de su ser a que le ha llevado la civilización”.

Por ella surgen los más altos valores del hombre: la ciencia y el arte, que vienen a constituirse en la suprema sublimación de los instintos (eróticos, sobre todo) del humano.

El hombre ejercita su intelecto (que conlleva toda la energía sexual reprimida) y crea la ciencia, que tarde o temprano, se impone a la civilización. Tal el caso de Copérnico y Darwin. Freud aún está en el proceso de ser admitido por la civilización.

Se ha demostrado, dice Freud, que “las grandes creaciones del pensamiento, los descubrimientos capitales y las soluciones decisivas de grandes problemas no son posibles sino al individuo aislado que labora en la soledad”.

El mundo surge entonces, por el milagro del arte, libre y puro. A través del arte, el artista expone ante la mirada estupefacta del hombre civilizado, todo aquel mundo instintivo recóndito, pero inmersamente deseado.

margaritacarrera1@gmail.com

ESCRITO POR:

ARCHIVADO EN: