La renuncia de la vicepresidenta Roxana Baldetti ha demostrado que la ciudadanía tiene más poder de lo que nos imaginábamos si actuamos con suficiente presión, pasión y unión. Este movimiento cívico puede ser el principio de cambios sustanciales en el futuro de Guatemala, pero únicamente si no bajamos la guardia y seguimos atentos y vigilantes para que no sigan haciendo lo que les plazca la gana. Es el principio del cambio que siempre hemos añorado. Se trata del movimiento cívico más grande desde 1944 y este no debe cesar.

Debemos lograr que otros vinculados a la corrupción, que son parte de la gestión de las cabezas, caigan en forma de “dominó”. Ahora que la sociedad civil ha tomado control, se espera que con la ayuda del MP y la Cicig sigamos parando esta terrible cultura de corrupción e impunidad que está enfermando a Guatemala. Y digo esto porque ya nos habíamos acostumbrado a ver corrupción como algo natural, y esto no puede seguir. Se pierden Q35 mil millones de quetzales cada año que se van al sistema de corrupción organizado por narcotraficantes, narcobancos, narcodiputados, políticos corruptos y comerciantes inescrupulosos que debilitan al Estado. La serpiente de múltiples cabezas tendrá que caer tarde o temprano.

La estructura criminal encontrada en el organismo judicial y un bufete de abogados hace días demuestra que es igual de importante no solo agarrar a la vicepresidenta, sino a las redes que cuelgan por allí como tentáculos. La Cicig y la Fiscalía Especial contra la Impunidad del Ministerio Público ha sacado a luz un caso de corrupción insólito por lo que ahora el organismo judicial está en la mira. Se ha presentado una solicitud de antejuicio contra la jueza Marta Josefina Sierra González de Stalling por presumir que pudo llegar a acuerdos ilegales con seis sindicados de la red de defraudación aduanera. Según el comunicado, ella les benefició con fianzas para salir en libertad. Esta solicitud fue planteada por los delitos de cohecho pasivo y prevaricato al Centro de Servicios Auxiliares de la Administración de Justicia Penal, y fue asignado al Juzgado Octavo de Primera Instancia Penal, dando la sorpresa que es la que ella misma preside.

La ciudadanía finalmente está activada. ¿Qué sigue? Que renuncien también otros funcionarios que llevan el estilo de gestión corrupta, pues no es suficiente una sola renuncia para limpiar Guatemala del lastre que nos invade.

¿Qué más sigue? Que el Congreso reciba la carta de renuncia de Roxana Baldetti, y sea esta aceptada para que cese su inmunidad. Que la sociedad civil sugiera al presidente ternas para la vacante del puesto de vicepresidente y estar vigilantes de los tres candidatos. Como sociedad civil propongámosle al presidente personas notables, honorables, intachables y sensibles a los problemas de la nación.

El clamor popular ha ganado este primer round y no hay que desmayar si no se relajan algunos políticos y siguen dándonos atol con el dedo. La idea es que este nuevo movimiento ciudadano se fortalezca y siga vigente para el proceso electoral.

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