En otras palabras, casi un 50%. Estas cifras, por supuesto, están sujetas a una comprobación, pero para el tema de este artículo dan un panorama bastante cercano a la realidad.

DESDE HACE ALgún tiempo leí o alguien mencionó el tema de cuánto suman las horas/estudiante, con el objetivo de medir el costo en tiempo educativo de los feriados y de los atrasos causados por el inicio tardío de las clases. Desde entonces me gusta hacer esas mediciones, cuyos resultados son impresionantes. El tiempo perdido por esos 2.2 millones de alumnos en una jornada educativa alcanza 4.4 millones de horas, equivalentes a 183,000 días, es decir a 502 años. Obviamente, es una forma abstracta de medir y solo sirve para analizar en su magnitud el desperdicio del tiempo. No solo los santos lo lloran, sino también deben llorarlo los países cuyo futuro se ve debilitado a causa de la actitud tanto de maestros como de padres de familia.

ESTO DEBE SER TOMADO en cuenta para poder medir la magnitud del efecto negativo de cada día de feriado o de holganza. El tema sale a colación a causa de las declaraciones del dirigente magisterial Joviel Acevedo, cuya lógica es muy curiosa. Reclama, con razón, más recursos para el ministerio, a fin de mejorar los ingresos de los maestros y mejoras en las escuelas, lo cual le fue prometido por las autoridades. Entonces, presiona al gobierno utilizando la estrategia de hacer huelga, y con ello quienes salen afectados son los alumnos, en las pasmosas proporciones señaladas por los números antes indicados. Cada vez son más los analistas para quienes la falta de educación de hoy en día será la principal fuente de atraso en el futuro.

VALE LA PENA REPETIR LA impresionante actitud al respecto de la educación de las culturas orientales, de miles de años de permanencia en la historia. Los padres hacen todo esfuerzo posible para mejorar el nivel educativo de sus hijos, porque es motivo de orgullo personal e importancia social. Por supuesto, tienen a su alcance un sistema educativo eficiente, disciplinado, con horarios y calendarios de actividades escogidas según la tradición, pero también adaptándose a las necesidades del mundo actual, donde cada vez es más necesario no solo tener la capacidad de lectura, sino la de comprensión de lectura, lo cual es imposible de soslayar. Generaciones completas con esa forma de pensar hacen una diferencia en la educación y sus beneficios.

LOS ESTUDIOS EFECTUAdos el año pasado acerca de la calidad de la educación guatemalteca y su reflejo en la capacidad de los estudiantes, han arrojado resultados lamentables, como lo ha informado la prensa en noticias y comentarios. Una de las razones: muchos de los maestros actuales ya recibieron clase de mentores con mala ortografía, por ejemplo. Es imposible entonces exigirles una enseñanza correcta del idioma. Lo mismo ocurre en matemáticas, geografía, historia. Pero la mala calidad del conocimiento del idioma propio tiene un efecto negativo adicional: no permite a los alumnos aprender un idioma internacional, como el inglés, y esto impide su ingreso a un mundo globalizado, donde el monolingüismo es un valladar insalvable.

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