Con mucho interés he estado siguiendo desde Italia las protestas que hemos tenido en Guatemala. He visto cómo diversas organizaciones han incidido en el reciente desmantelamiento de una estructura criminal en la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), cómo la Asociación Mirna Mack manifiesta un contundente repudio a los abusos en que incurren gobernantes, funcionarios y empleados públicos. Esto incluye a los operadores de justicia, dirigentes políticos corruptos y también empresariales, quienes se enriquecen con la corrupción y la impunidad.

Si seguimos permitiendo que nos gobiernen los corruptos es porque seguimos votando por ellos. Hemos visto horrorizados cómo surgen las negociaciones de algunos partidos para integrar la Corte Suprema de Justicia y las de la Corte de Apelaciones, y también cómo utilizan su poder para elegir a puestos claves en otras instituciones de Gobierno. Como si fuera poco, lo que según parece importa, es cómo se infiltra a gente de su escogencia en las instituciones de Gobierno más importantes, cómo introducen a uno de los suyos en diferentes instancias, incluyendo cómo se aprueban asuntos parlamentarios importantes. Si así es el juego en la política y lo miramos como algo natural, vamos por pésimo camino y así jamás terminaremos con la impunidad. Los negocios espurios y opacos se cocinan día a día sin que estemos listos para pararlos.

Por ello considero importante nuestro apoyo a las acciones del MP y de la Cicig, quienes han expuesto y desmantelado estructuras criminales en el Sistema Penitenciario y la SAT. Resumo parte del comunicado de instituciones como Mirna Mack, que aplauden la prórroga del mandato de la Cicig para que los esfuerzos conjuntos no sean saboteados. Caemos cuando nuestras instituciones no se pueden desempeñar con eficiencia, imparcialidad, legalidad e independencia frente a los grupos de poder. Pero no todo es color negro, pues existen buenos jueces a quienes debemos darles todo nuestro irrestricto respeto y apoyo y no permitir que se desate persecución en su contra, ni por parte de mano criminal, ni por el Estado mismo.

Me parece adecuado que Mack aliente al Tribunal Supremo Electoral, el MP y la Cicig a unir esfuerzos contra las estructuras criminales que han penetrado casi todo el sistema político del país y tengan en mente depurar el proceso electoral del financiamiento de origen ilícito y toda injerencia que signifique a futuro una mayor cooptación delincuencial del poder público.

El Congreso de la República debe exigir al Poder Ejecutivo las respuestas políticas y operativas necesarias para que se pueda afrontar la crisis y se sepa quién es responsable y causante de esta corrupción. En especial, el presidente de la República debiera solicitar un nuevo proceso de postulación de candidatos a integrar el Directorio de la SAT, que no haya estado expuesto a la influencia de grupos criminales.

Comparto la indignación de la sociedad guatemalteca por la impunidad existente, pues nos afecta a todos. Y usted, ¿qué piensa? Escríbame.

vidamordepaz@gmail.com