CON NOMBRE PROPIO

Día de la Madre ¿feliz?

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La maternidad y paternidad responsable arroja un panorama complejo y difícil, las estadísticas evidencian una realidad cuesta arriba que demanda del Estado cada vez más intervención dentro del seno familiar y solo eso, para todos, es motivo de angustia porque nuestra concepción tradicional de un núcleo de personas cuyo fin principal sea la protección de sus miembros ha ido involucionando a situaciones adversas.

Una buena parte de madres guatemaltecas lo son siendo menores de edad, y muchas de ellas antes de los 15 años. La violación de niñas, el incesto como “práctica social”, el abuso y la ausencia de principios rectores en cuanto a la actividad sexual de los miembros de una misma familia son aterradores.

Por razón del oficio conocí de un caso de una niña, violada a los 13 años por su padrastro y embarazada por este. Al enterarse la mamá de la niña del embarazo, la víctima fue culpada por “someterse” y expulsada de su hogar. Hubo de recurrir a instituciones que pudieran ayudarla y así parió un varón. Sus estudios se truncaron y el estigma le llegó, repudiada por su familia, descalificada por sus amigas, a los 14 tuvo que medio aprender un oficio para hacerse cargo de un bebé que no pidió y que sobre ella, a la fecha, pesa su manutención y cobijo.

El problema es que lo narrado no es un caso aislado, un número exagerado de niñas sufren de violaciones incestuosas día a día y no tienen ninguna alternativa que seguir siendo violadas una vez hayan dado a luz a su hijo de nuevo por sus mismos victimarios, porque ese violador es quien “sostiene” el hogar. Niñas dando de mamar a sus bebés ven nuestros trabajadores sociales en el sistema nacional de salud y el sistema legal o permanece indiferente o decide actuar de forma esporádica en lo penal cuando existen elementos que sobresalen.

Tener relaciones sexuales es un acto de libertad y ese acto de libertad debe estar garantizado por el entramado social. Acá no se trata de que nos dividamos frente a lo que significa un aborto, pero sí que consideremos tocar de forma objetiva y seria si los abortos de embarazos producto de violaciones están, conforme nuestra legislación actual, permitidos o no porque existen problemas psiquiátricos y emocionales complejos para las madres que son víctimas de delito y hasta suicidios se han producido.

Ayer se celebró el Día de la Madre y muchos damos gracias a Dios por haber nacido en un hogar privilegiado donde se nos inculcó amor, respeto, identificación con nuestra estirpe y con nuestra tierra. Un día que los comerciantes han aprovechado para destruir su esencia y volverla otra Navidad para abarrotar centros comerciales es el momento propicio para saber que existen múltiples realidades y que nuestros Congresos y nuestras autoridades han sido mudos cómplices de un entorno pavoroso.

Mi abuelo Alfredo Balsells Rivera murió en 1940, dejó un libro de cuentos póstumo que primero se editó como El Venadeado y luego cambió El Tamagás. En ese libro, quizás producto de algo que él vivió en aquella época, está impreso un relato llamado La Hermana, que narra una relación incestuosa y nos dibuja que lo que hemos tolerado hasta llegar a extremos como los que han ocurrido en ciertas comunidades de Huehuetenango donde buena parte de una comunidad es producto de incesto y la complejidad genética es crítica con niños que nacen ciegos y otros en circunstancias aterradoras.

Gocemos el 10 de mayo pero sepamos que hay realidades que debemos superar y quizás en este punto sí nos podamos poner de acuerdo con un poco de solidaridad, criterios científicos y objetivos ¿no?

@Alex_balsells

ESCRITO POR:

Alejandro Balsells Conde

Abogado y notario, egresado de la Universidad Rafael Landívar y catedrático de Derecho Constitucional en dicha casa de estudios. Ha sido consultor de entidades nacionales e internacionales, y ejerce el derecho.