PLUMA INVITADA

Dra. Rina Montalcini

Nació el 22 de abril de 1909, en Turín, y falleció el 30 de diciembre del 2012, en Roma, a la edad de 103 años, siendo una mujer de las más longevas en el mundo. Su educación universitaria la llevó a cabo en la Universidad de Turín.

En 1968 fue la décima mujer elegida como miembro de la Academia Nacional de Ciencias de EE. UU. En 1983 recibió, junto a S. Cohen y a V. Hamburger, el premio Louisa Gross Horwitz en Biología y Bioquímica de la Universidad de Columbia. En 1986, ella y Stanley Cohen recibieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina. En 1987 recibió la Medalla Nacional de la Ciencia, el máximo reconocimiento de la comunidad científica estadounidense a personas inmigrantes. En 2001 fue designada senadora vitalicia por el presidente de Italia Carlo Azeglio Ciampi. En el 2006 se le otorgó el doctorado honoris causa en Ingeniería Biomédica, en el Politécnico de Turín.

El 23 de octubre del 2008 recibió el grado de doctora honoris causa por la Universidad Complutense de Madrid. El 23 de febrero del 2011 fue investida doctora honoris causa por la Universidad MacGill.

La Dra. Montalcini, de origen judío sefardita, siempre fue “libre y responsable”, como define la Unesco a las personas educadas, y actuó en virtud de sus propias decisiones. Su vida en Italia tuvo que soportar las amenazas y embates del fascismo. Al comenzar la II Guerra Mundial y debido a las amenazas de persecuciones antisemitas, se trasladó a Bruselas, donde colaboró en el Instituto Neurológico durante un año. En 1940, y tras la entrada de las tropas de Hitler en Bélgica, regresó de nuevo a Italia y organizó en su casa un pequeño laboratorio de neuroembriología experimental.

En 1943 vivió clandestinamente en Florencia al terminar la guerra y ejerció como médico de las tropas estadounidenses, y finalizada la contienda se reincorporó a la Universidad de Turín como ayudante del profesor Giuseppe Levi. En 1947 se trasladó a Estados Unidos, tras la invitación del profesor Viktor Hamburguer para ir a la Washington University de St. Louis, donde ejerció la investigación y la docencia en la cátedra de Neurobiología.

Entre 1954 y 1960 trabajó junto al bioquímico estadounidense Stanley Cohen en la identificación del factor de crecimiento Nerve Growth, y un año después fundó en Roma un Centro de Investigación. En 1969, tomando como base ese centro, se creó el Instituto de Biología Celular, del que ocupó la dirección, pasando a vivir entre St. Louis y Roma, hasta establecerse permanentemente en la capital italiana en 1977.

Premios que obtuvo por sus trabajos científicos: Premio Nobel de Fisiología o Medicina, Premio Albert Lasker por Investigación Médica Básica. Algunas de las frases de la Dra. Montalcini: “El cuerpo se me arruga, es inevitable, ¡pero no el cerebro!”. “El cerebro tiene dos hemisferios, uno arcaico, que gobierna nuestros instintos y emociones, y otro más joven, en el que reside nuestra capacidad de razonar”. “Hoy el arcaico domina y es la causa de todas las tragedias que ocurren, como el Holocausto”. “Debería agradecer a Mussolini haberme declarado raza inferior, ya que esta situación de extrema dificultad y sufrimiento me empujó a esforzarme todavía más”. “El cerebro nunca debe jubilarse, sino trabajar noche y día, porque a cierta edad como la mía ya no dormir no es necesario, es una pérdida de tiempo. A los cien, mi mente es superior, gracias a la experiencia, que cuando tenía 20 años”. “En lugar de añadir años a la vida, es mejor añadir vida a los años”. “No temas a las dificultades: lo mejor surge de ellas”.

Se le otorgó el Premio Nobel de Medicina por el descubrimiento del factor de crecimiento neural (FGN). Fue una gran mujer, luchadora, de ideales, consciente de las dificultades humanas. Constituye un gran ejemplo para las mujeres y una incansable investigadora científica que luchó siempre por la ciencia y el estudio.

Hizo importantes descubrimientos en la neurología, resolviendo ciclos complicados de la inmunología. Cercana a su muerte, dijo: “Les dejo mis hallazgos para seguir buscando respuestas a los problemas sin resolver”.

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