A la edad de piedra

JORGE JACOBS A.

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en Guatemala apoya la minería. El resto dice estar en contra, lo cual me parece extraño porque no veo en nuestro país a mucha gente deseosa de vivir en la edad de piedra. Lo que veo es a la mayoría de las personas deseando tener un mejor nivel de vida y prosperar. El problema es que, por lo visto, no atan cabos que los metales son primordiales para vivir mejor.

Probablemente tiene que ver con el deficiente sistema educativo estatal guatemalteco el que la mayoría no sepa que una etapa crítica para el desarrollo de la humanidad fue el descubrimiento y aprovechamiento de los metales hace muchos miles de años. Los metales son requisito indispensable para la vida moderna y para todas las personas, indistintamente de su nivel social o económico.

Los metales son tan necesarios tanto para el campesino más humilde, que sin ellos no tendría un machete para trabajar ni la lima para afilarlo, como para el joven citadino más moderno, que vive pegado a sus juegos de video y sus “smartphones”. Sin los metales no tendríamos casi ninguna de las comodidades modernas. No habría vehículos, ni siquiera bicicletas, solamente quizá vehículos al estilo de los Picapiedra.

Pero la gente no parece hacer esa vinculación. Dicen no estar de acuerdo con la minería, pero sí quieren beneficiarse de sus resultados. Aparentan estar convencidos de que la minería es lo peor que le ha sucedido a la humanidad, pero no tienen la coherencia suficiente para vivir sin metales. Ni siquiera las mismas personas que se dedican activamente a oponerse a la minería.

Todavía peor, son tan inconsistentes que se oponen a que se haga aquí la minería, pero con sus hechos demuestran que sí quieren que se haga en alguna otra parte. Quizá en África, o por lo menos en algún lugar lejano que no les importe. Si tan mala creen realmente que es la minería, ¿por qué utilizan metales? ¿No les parece una grave inconsistencia?

Pero quienes se llevan el premio a la incoherencia, por no decir hipocresía, son los alcaldes indígenas agremiados en la Asociación Guatemalteca de Alcaldes y Autoridades Indígenas (Agaai). Muchos de ellos se oponen férreamente a que en sus municipios haya minería, pero cuando vieron que en los municipios en donde sí la hay recibían más ingresos tributarios, pusieron el grito en el cielo y alegaron que era injusto que recibieran más dinero que ellos. ¡Hipócritas! Dicen oponerse a la minería, pero se les hace agua la boca y pelean hasta con las uñas por quedarse con una parte de sus beneficios.

Y usted que dice oponerse a la minería, ¿realmente quiere vivir en la edad de piedra?

 @jjliber

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