HACIA ADELANTE

Embajada USA/Guatemala

Jaime Francisco Arimany

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En diversos artículos se ha señalado la intervención del gobierno estadounidense en las decisiones del gobierno guatemalteco; se menciona desde la caída del coronel Jacobo Árbenz hasta las actuales apariciones del embajador de EE. UU. al lado del presidente Pérez Molina; por ejemplo, comentado por algunas personas relacionadas, que el Gobierno norteamericano no aceptaría que se rompiera la democracia guatemalteca con un golpe de Estado.

Cuando los Estados Unidos de Norteamérica, en sus inicios, estaba subdesarrollada, en la democracia de entonces no se permitían el voto de los que no tenían propiedades, de las mujeres, de los analfabetas.

Pueden leer en internet, al hablar de la independencia, parte del artículo Los Derechos del Pueblo: Libertad individual y la Carta de Derechos, El derecho de voto, 30 Junio 2008:

“Este concepto de ‘independencia’ dio lugar a la exclusión de las mujeres (que eran dependientes de sus esposos), los jóvenes (que dependían de sus padres), los esclavos y siervos (dependientes de sus amos) y los asalariados (que dependían de un empleo temporal para su sobrevivencia). Además, varias colonias excluían a los católicos, a los judíos y también a los indígenas. Además de eso, los criterios sobre cuántos bienes debía tener un hombre para tener derecho de votar eran diferentes, no solo de una colonia a otra, sino dentro de cada colonia, del campo a la ciudad. La gente que vivía en áreas urbanas podía tener menos bienes raíces que sus parientes del campo, pero bienes personales mucho más abundantes. En general, los historiadores estiman que en la época de la Revolución de los Estados Unidos la proporción de varones blancos adultos con derecho al voto era tal vez tres de cada cinco, una cifra más alta que la de Gran Bretaña, pero todavía relativamente pequeña”.

Entre los años 1920 y 1940 hubo lucha para poder votar sin tener propiedades. En 1870 se acepta que voten sin tener en cuenta raza, color o condición previa de esclavitud; en 1920 pueden votar sin tener en cuenta razón de género; en 1964, aunque no hayan dejado de pagar alguna capitación o cualquier otra contribución tributaria; 1971, mayores de 18 años, no importando la edad mayor.

La pregunta que nos hacemos millones de guatemaltecos es: ¿vivimos en una democracia o una imagen de ella? Estoy convencido de que con el sistema de gobierno que tenemos y escuchando a los candidatos presidenciales, a la participación en el Congreso de la República, el país se tardará decenas de años en arreglarse, teniendo mientras tanto la probabilidad de caer en un gobierno populista, como los que han surgido en Suramérica, que mantienen a la población en ignorancia y no sacarán a la mayoría de habitantes de la miseria.

Si se toman las medidas correctas con principios cristianos, garantizando bienes y propiedades, pero aplicando cambios sociales urgentes, consultados y aprobados por la población, se puede hacer un enorme progreso que deje al país con una base bien fundamentada, para que se pueda poner a funcionar un sistema llamado Demarquía por John Burnheim y apoyado por Friedrich von Hayek.

jfarimany@hotmail.com

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