A CONTRALUZ

En caída libre

EL CERCO SE ESTRECHA en torno al presidente Otto Pérez Molina y la vicepresidenta Roxana Baldetti porque cada vez hay más sectores que exigen su renuncia. La percepción de que los dos están involucrados en la estructura de corrupción que corroe al Estado tiende a extenderse y lo que comenzó como una protesta pacífica podría llegar a convertirse en un movimiento de imprevisibles consecuencias. En su obcecación por defender hasta las últimas consecuencias a la vicemandataria, el gobernante no ha atendido las recomendaciones del sector empresarial que le lanzó un salvavidas con la propuesta de que ambos den a conocer su declaración patrimonial. Ergo, algo esconden.

CON LOS BLOQUEOS DE carreteras que los 48 cantones de Totonicapán efectuaron el lunes pasado, la exigencia de renuncia se ha entendido a indígenas y campesinos, y ya no tiene carácter urbano, sino que se inserta en el corazón del país. La salida de Pedro Muadi del PP es también un signo del distanciamiento del sector empresarial. Y por si eso no bastara, la encuesta de Prensa Libre señala que solo el 11% de entrevistados le cree a Pérez Molina, con lo que ya no hay dudas sobre el repudio generalizado. Es previsible que en los próximos días más sectores expresen su rechazo, el cual tendrá en la manifestación del 16 de mayo su mayor expresión de descontento. Si bien la mayoría de sectores entiende que las mafias incrustadas en el Estado no son nuevas, ve una actitud de complicidad de Pérez Molina que ha hecho muy poco o casi nada para combatir la impunidad.

EL MANDATARIO RECIBIÓ otro revés cuando Raquel Zelaya, Richard Aitkenhead y Mario García Lara rechazaron crear una comisión para reformar la SAT, la cual le habría servido al Gobierno para lavarse la cara. La actitud beligerante de Juan Alberto Fuentes fue determinante en este distanciamiento porque el exministro dijo que “la sola asociación con un gobierno de este tipo contamina, ofende, provoca desprecio”. Esta situación tenderá a agudizarse en la medida en que Juan Carlos Monzón, ex secretario privado de Baldetti y presunto cabecilla de la mafia de la SAT, continúe prófugo, porque en la población también se extiende la certidumbre de que desde el Gobierno facilitaron la fuga.

AUN CUANDO LA PROTESTA se diluyera, el impacto del rechazo a Pérez Molina y Baldetti se amplía a la clase política y podría afectar las elecciones. La población ha observado cómo Sandra Torres y Manuel Baldizón incorporaron a sus partidos a miembros del PP corresponsables de la debacle nacional. ¿Cómo podría Baldizón hablar de combatir la corrupción si ahora lleva como candidatos a Arnoldo Medrano, edil de Chinautla, sobre quien pesan 10 peticiones de antejuicio, o Antonio Coro, que usó en forma discrecional fondos de la comuna de Santa Catarina Pinula? De hecho, Líder parece ser el partido de relevo para que las mafias continúen medrando en el Estado. Así, el panorama post electoral luce de lo más aterrador.

@hshetemul

ESCRITO POR:

Haroldo Shetemul

Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca, España. Profesor universitario. Escritor. Periodista desde hace más de cuatro décadas.