CON OTRA MIRADA

Entre arquitectos

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La arquitectura en nuestro país es tan antigua como sus más antiguas civilizaciones que van del Preclásico maya 2000 a.C.-300 d.C, hasta el Posclásico, que termina en 1250 d.C.

Al incursionar Pedro de Alvarado en Quauhtlemallan (tierra de árboles), estableció el primer asentamiento militar en Salcajá, en donde se construyó la primera capilla. Cinco meses después, el 25 de julio de 1524, fundó Santiago de Guatemala, que entre 1543 y 1773 alcanzó su máximo desarrollo en el Valle de Panchoy; de ahí se trasladó al Valle de la Ermita, en 1776, en donde permanece. En esos últimos sitios se produjo la arquitectura característica de la época y posterior a 1821, la denominada republicana, con un importante influjo francés hasta los años 30. A partir de entonces, la influencia fue norteamericana, para luego entrar en la modernidad e internacionalidad. Arquitectos e ingenieros participaron en el diseño y construcción de importantes obras, desde oficinas del Estado e iniciativa privada.

A mediados de los años de 1950 regresaron tres personajes graduados de Arquitectura en México y EE. UU., con ideas que de inmediato compartieron. Dos de ellos amigos de antes y un tercero que por afinidad e intereses profesionales trabajaron para crear un plan de estudios de arquitectura. Primero se integraron al Departamento de Arquitectura de la Facultad de Ingeniería de la Usac, y en 1958 vieron realizados sus sueños al crearse la Facultad de Arquitectura.

Ellos son Roberto Aycinena Echeverría+, Jorge Montes Córdova y Carlos Haeussler Uribio, quienes, junto a otros profesionales, promovieron verdaderos íconos de la arquitectura moderna y contemporánea. El conjunto más emblemático es el Centro Cívico, hoy Patrimonio Nacional. También está el edificio de la Rectoría de la Usac e infinidad de edificios educativos, comerciales, hospitalarios, de apartamentos; casas de habitación y conjuntos residenciales, entre los que destacan Utatlán y La Asunción, que marcaron un hito en el urbanismo y la arquitectura de la Ciudad.

Su actividad profesional estuvo acompañada por colaboradores, inversionistas y promotores; grandes representantes de las artes plásticas, jóvenes arquitectos y dibujantes que llegaron a sumarse a un ambiente de excelencia, respeto mutuo y consecuente amistad. En este último aspecto, el paso del tiempo les ha consolidado al punto que para la reciente celebración del 92 cumpleaños del querido colega y amigo Carlos Haeussler fuimos convocados por el círculo familiar. Participamos colegas de varias promociones quienes tenemos en común el respeto, admiración y cariño por Carlos, de quien hemos aprendido mucho, más allá de arquitectura, como son la ética, práctica profesional y vida.

El entrañable Jorge Montes hizo una deliciosa alocución sobre la amistad, el tiempo compartido en la planificación y realización de importantes obras, así como el importante vínculo entre ambas familias. Lamentó la partida de arquitectos y artistas de grata recordación, quienes se adelantaron en el tránsito final de la vida e hizo una estimulante invitación para encontrarnos el próximo año, en una nueva celebración de la vida.

jmmaganajuarez@gmail.com

ESCRITO POR:

José María Magaña

Arquitecto -USAC- / Conservador de Arquitectura -ICCROM-. Residente restauración Catedral Metropolitana y segundo Conservador de La Antigua Guatemala. Cofundador de la figura legal del Centro Histórico de Guatemala.