HAGAMOS LA DIFERENCIA

Fauna silvestre

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Guatemala es “un país megadiverso”, categoría que recibió en 2010, siendo uno de los 19 países en el mundo que ostentan este reconocimiento. A pesar del alto grado de degradación de sus recursos, la vida silvestre es aún abundante, pero es preciso que todos contribuyamos a conservarla. En el caso de la fauna silvestre, hay abundante tráfico de especies. Por la gran cantidad de especies existentes, el país es vulnerable al saqueo y comercio ilegal. Según Wildlife Conservation Society (Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre —WCS en inglés), después del tráfico de drogas, armas y de personas, el cuarto flagelo de tráfico más grande en el mundo es el de animales. En países africanos, detrás de las campañas políticas, por ejemplo, están traficantes de animales, que son los poderosos de estas naciones.

Según World Wildlife Fund; (WWF); en español, Fondo Mundial para la Naturaleza, anualmente se ofertan cinco millones de aves vivas, 10 millones de unidades de piel de reptil, 15 millones de mamíferos y 350 millones de peces tropicales de forma ilegal en todo el mundo. Por cada animal que es llevado a casa como mascota mueren otros ocho en el transporte.

El Consejo Nacional de Áreas Protegidas, para evitar que quienes ya tienen animales silvestres en sus casas enfrenten las penas contenidas en el decreto 4-89, otorgó un período para el registro y así considerarlos como coleccionistas de fauna silvestre, mediante una declaración jurada donde se hiciera constar cómo se obtuvo el animal. En el futuro el registro será más complicado, pues deberá demostrarse con papeles la procedencia de los ejemplares. El 15 de abril se venció la prórroga para el registro de colección de vida silvestre. El Conap estima que se recibieron 25 mil expedientes para realizar este registro. Cada colección llevaba en promedio cuatro animales, que da un aproximado de cien mil animales en casas. Las colecciones registradas son solo una proporción de la cantidad de animales que viven en cautiverio en Guatemala, pues muchos optaron por no registrarlos. Por ejemplo, según WCS, únicamente quedan 300 guacamayas en estado silvestre en nuestro país, pero es mucho mayor la cantidad que viven en casas y en colecciones privadas.

Para que los animales lleguen a la venta se deja una secuela de muerte, unos ejemplos: en el caso de los loros, 10-15% llegan vivos al lugar de venta, los demás mueren asfixiados; en el caso de los monos, para extraerlos en muchas de las veces se mata a la mamá y a las tías, pues son animales muy territoriales.

A raíz del registro, mucha gente está manifestando que van a matar a los animales, o los van a sacar a la calle, o los liberarán, los que seguramente van a morir, pues ya no se acostumbrarán a vivir de manera silvestre. El llamado del Conap es a no comprar animales silvestres en ningún mercado ni a ninguna persona, porque siempre que haya demanda habrá oferta. Los animales silvestres, al vivir en cautiverio, se vuelven destructivos, no obedientes, transmiten enfermedades, pues no es su hábitat, y lo más importante, pierden su capacidad reproductiva.

Conap debe endurecer también sus políticas hacia el lado de la oferta, para atacar el mercado integralmente. Los intermediarios deben saber que es delito el comercio de fauna silvestre, por lo que es importante controlar el transporte, pero también la venta en los mercados locales e internacionales. A propósito de la celebración del Día de la Tierra, este es un buen tema para reflexionar.

samreygo@yahoo.com

ESCRITO POR:

Samuel Reyes Gómez

Doctor en Ciencias de la Investigación. Ingeniero agrónomo. Perito agrónomo. Docente universitario. Especialista en análisis de datos, proyectos, educación digital. Cristiano evangélico.