PLUMA INVITADA

Fiesta no ha terminado

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Concluyó con éxito el tenso, pegajoso y prolongado período electoral, salpicado de todo, bueno, malo, pésimo y extremo, con algunos pasajes vandálicos y de muerte, lo más repudiable y lamentable, en buena mayoría producto del arrastre político al que el país ha estado sometido. Nuestro respeto y aplauso generalizado para los señores magistrados del Tribunal Supremo Electoral y sus diversos cuerpos de trabajo, quienes no obstante algunas fallas alcanzaron éxito tras imponer autoridad, planificación, trabajo, agilidad, voluntad, sacrificio y riegos. Pero la fiesta no ha terminado, sigue hasta enero y cuatro años después, en espera de tan anhelados y positivos cambios que el pueblo exige para poder contrarrestar tantos “pencazos” recibidos desde hace muchos ciclos.

Triunfó Jimmy Morales, confirmando las últimas encuestas de esta diario. Sin embargo, los cohetes, las campanas y la marimba deben esperar hasta que se deje sentir el cambio inicial y posterior de su mandato constitucional. Viene un proceso por demás delicado; difícil, pero no imposible, en cuya armazón debe aparecer la respuesta del nuevo gobernante al pueblo que lo eligió en situación pocas veces experimentada en nuestro medio. Debe marcar ética, hombría, honor, honradez, responsabilidad y gallardía. Si bien quedan atrás, en parte, desvelos, agotamientos, carreras, insomnios, enfrentamientos, cóleras, ataques, campañas negras, viajes propagandísticos, ofrecimientos de todo calibre, reuniones, masiva inversión económica y mucho más, la lucha continúa más fuerte, y porqué no decirlo, insólita o aventurera, dado el deteriorado marco que cubre a Guatemala desde hace varios lustros. El gobernante electo demostrará, así lo espera la ciudadanía, su inmediata acción enérgica y ética.

Obligado esquivar las acostumbradas arremetidas políticas interesadas en el poder, como sucede normalmente en el país, que corroen los cimientos de una democracia digna. Su gabinete, a partir del 14 de enero próximo, deberá estar integrado por profesionales de reconocida capacidad, honradez e identidad ciudadana, dirigidos por un cuerpo de asesores escogidos, probos, con mayor abundancia de atributos, en consciente e histórica respuesta al voto popular que le concedió el pueblo, un caso por demás único y extraordinario.

La cola es larga: inseguridad, corrupción, criminalidad, violencia, salud, educación, crecimiento económico, trabajo, desnutrición, pobreza, desarrollo y equilibrio económico social, desarrollo humano, servicio civil, déficit fiscal, supervisión del gasto, contrabando, mayor presupuesto al Ministerio Público, nuevos perfiles en los organismos Ejecutivo, Legislativo y Judicial; pronta y cumplida justicia, facilitar pago de impuestos, estricta supervisión en aduanas, terminales aéreas y pasos fronterizos para evitar el extremo contrabando, entre otros muchos urgentes temas.

Dios bendiga y guíe al nuevo mandatario para conducir a Guatemala hacia un mejor destino, el que dignamente le corresponde y que le ha sido negado injustamente. Su conciencia ciudadana estará en juego, el pueblo estará expectante.

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