Las güisachadas a la Constitución

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LA OTRA EXCUSA es la necesidad de darle al gobierno más tiempo para implementar políticas públicas a largo plazo. Esto es humor negro, realmente. Me encantaría saber a cuáles o a cuántas políticas de los últimos gobiernos se les puede calificar de ser “a largo plazo”. La respuesta es simple: a ninguna. Y la explicación al apoyo de numerosos alcaldes y diputados se encuentra muy fácilmente, al ser el desatino hoy comentado un pretexto para mantenerse en el mando haciendo de las suyas a cualquiera de los funcionarios públicos llegados a sus puestos vía la elección. A nadie importa el pequeño detalle de haber jurado defender la Constitución y desempeñar los cargos por los cuatro años señalados en la convocatoria del Tribunal Supremo Electoral.

NO SÉ SI ES BROMA O ES descaro, o es una broma descarada, cuando se habla de redactar una iniciativa cuidadosamente escrita para no incurrir en inconstitucionalidades. O sea, quieren hacer buceo sin mojarse… y la güisachería continúa con una movida rechazable desde cualquier punto de vista: alterar o eliminar el artículo cuyo texto impide cambios a determinados artículos constitucionales, pero no incluido entre los artículos llamados “pétreos”. Resulta ser un golpe de Estado contra la Constitución y por ello quienes participan en esos intentos se convierten en golpistas, talvez de cuello blanco o de camisa verde musgo, pero golpistas al fin. Pero lo más preocupante es dejar abierta la puerta a otros golpes técnicos a la Carta Magna.

EN GUATEMALA TODO es posible, porque se ha eliminado la vergüenza y el temor al juicio de la Historia. Ambas actitudes se encuentran tras el telón de las actuaciones preñadas por la corrupción, única manera de explicar lo injustificable, tantas veces cometido. Al alargar el período presidencial, es decir, pisotear y burlar la Constitución, el siguiente y obvio paso es eliminar la reelección, y esto claramente significa presidencias cuasi vitalicias, porque un presidente-candidato utilizará todo el poder del Estado en su favor y entonces una candidatura de la oposición puede convertirse en tiempo perdido y de pobreza para gastos de campaña, a los cuales nadie colaboraría, sobre todo porque se trata de inversiones para obtener privilegios.

SEIS AÑOS DE PERÍODO inicial y otros seis obtenidos en la reelección significa una docena de años con alguien sentado en la silla presidencial. Sería casi otro Ubico, quien con dos reelecciones se recetó 14 años en el poder. Bolívar miraba como lo peor para un país mantener a un ciudadano por largo tiempo en el poder. En el caso de los alcaldes, el peligro es fomentar la creación o permanencia de reyezuelos, como es el caso de la capital y de algunos municipios cercanos. No es aceptable la explicación de ser esta intentona solamente un rumor y una idea para abrir a la discusión temas importantes. Los intentos güisachiles tienen como un efecto muy difícil de borrar la decepción y el cansancio de los ciudadanos respecto a la democracia electoral.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.