MIRADOR

La OEA, CNN y Twitter

El candidato Baldizón, samurái de la desfachatez, fue a Washington quejumbroso y gemebundo a lamentarse de la “injerencia” internacional. ¡Un espectáculo de cinismo! La jeremiada ante congresistas norteamericanos y la queja en una organización internacional (OEA) de otra (ONU) es una sinrazón justificada únicamente desde la manipulación. A Líder/Baldizón le molesta sobremanera que el señor Velásquez y el MP hayan denunciado a la cúpula de su partido por delitos tan graves como lavado de dinero o asociación ilícita. Su candidatura está en la cuerda floja y su desprestigio, en alza, mientras clama en el desierto con maniqueos desvaríos.

El fondo de la visita puede apuntar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ante la que podría denunciar “la persecución” de que es objeto, si bien con nulo sustento jurídico y menos apoyo de organizaciones nacionales. No es probable que la OEA enfrente a la ONU en esta maquiavélica disputa, producto de un engaño publicitado al estilo goebbeliano: repitiendo la mentira hasta que parezca verdad. Fue lo que ocurrió en la entrevista que le hizo F. Rincón en CNN. Refutada por algunos medios que mostraron más mentiras que minutos de conversación mantenida y aclarada por el propio comisionado de la Cicig en otra entrevista televisada, no pudo ser vista en todas partes porque misteriosamente se cortó la señal de cable y/o el sonido en ciertos lugares del país.

Según el candidato, la culpa de sus males la tiene el señor Velásquez, que se “extralimita” en sus funciones y en vez de perseguir narcotraficantes y crimen organizado lo hace con políticos corruptos, lo que según él está fuera del mandato. La Comisión “de Investigación contra el Crimen” (calificativo que Baldizón utilizó en CNN) puede quedarse, pero sin quien la dirige, manifestó. Tal comentario merece dos puntualizaciones. Una, que pareciera haber estado cómodo, en su zona de confort, con los comisionados anteriores, porque no le movieron la silla al dedicarse a otras cosas. Otra, que según su entender, la corrupción y el lavado de dinero —de lo que se acusa a muchos de sus diputados (y a Barquín)— no es un tema que incida en la estructura mafiosa incrustada en el Estado y debe sacarse de los cometidos de Cicig. Se puede ser más churrigueresco en el discurso, pero difícilmente más cínico.

Simultáneamente con la entrevista, las redes sociales se inundaron de comentarios. ¡Nunca había visto ese hervor! Me llamó la atención que todos menos uno (el del diputado Giordano —Líder—) eran para desdecir cuando Baldizón afirmaba en CNN. Las redes sociales no llegan ciertamente a todos los rincones del país, aunque en la ciudadanía se afianza la idea de lo que se avecina si gana ese particular personaje y su grupo de imputados. Las encuestas comienzan a cambiar a la baja, la pérdida de prestigio progresa geométricamente y aquel elocuente triunfo en primera vuelta se complica, incluso para la segunda. Olvidó aclarar en la entrevista el candidato que el PP aliado con Líder eligieron a la CSJ, confirmaron a Cicig, aprobaron de urgencia leyes que les interesaron, pactaron descaradamente cuanto quisieron y otras componendas. Ahora, cuando le toca enfrentar la justicia que ha utilizado para judicializar la vida del país, sale afuera a denunciar lo que no es capaz de enfrentar adentro. Quizá piensa que es más fácil engañar allí.

Cuando se quiere doblegar a la justicia a toda costa, estamos ante un golpe de Estado, se mire como se quiera, y eso se traduce en un haraquiri político.

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ESCRITO POR:

Pedro Trujillo

Doctor en Paz y Seguridad Internacional. Profesor universitario y analista en medios de comunicación sobre temas de política, relaciones internacionales y seguridad y defensa.

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