SIEMPRE VERDE

¡Larga vida a la Sierra!

Magalí Rey Rosa

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Para sobrellevar mejor la dolorosa crisis política por la que atravesamos, es sano hacer notar cosas positivas. Este domingo, 4 de octubre, se cumplen 25 años de la declaratoria de la Sierra de las Minas como Reserva de la Biosfera. El área protegida más importante de Guatemala en términos de riqueza biológica, la reserva más grande del mundo para el quetzal, la increíble productora de agua, la mágica, inmensa e inalcanzable Sierra de las Minas. Con el pecho hinchado de orgullo comparto que yo puse la energía y fui el motor para lograr su declaratoria; el trabajo técnico-científico lo hizo un equipo multidisciplinario, que trabajó por amor, pues no había dinero en aquella época. Los ecosistemas de la Sierra están legalmente protegidos desde hace 25 años, pero desafortunadamente eso no quiere decir que se hayan detenido por completo la deforestación, la cacería o la extracción ilegal de recursos, ni siquiera en el área núcleo. Me cuentan que —gracias a un sofisticado equipo de cámaras que prestó el Conap— ahora hay evidencia fotográfica de las personas del Carmen y los Albores que suben a cazar ilegalmente. Ojalá los detengan. Pero también lograron fotografías de un jaguar, un tapir, ocelotes y pizotes… Por ellos, y por más de mil innumerables razones, vale la pena defender la riqueza natural de la Sierra de las Minas de cualquier posible depredador, por poderoso que este sea. Cazadores, taladores, explotadores de jade… ¡Ilegales! ¡Criminales!

Este domingo es también el Día de San Francisco de Asís, patrono de los ecologistas y la figura espiritual que inspiró al actual Papa. No es casualidad que el papa Francisco siga el ejemplo del santo que llamó hermanos al Sol y al Lobo, y que hable de manera tan contundente sobre los problemas ambientales, o que fustigue a los depredadores de la naturaleza. Este puede ser un tiempo propicio para una profunda reflexión de cara a la crisis ambiental, mucho más peligrosa que cualquier crisis política. Es importante entender las implicaciones de las políticas ambientales que se toman —en nuestro nombre— respecto de nuestros bienes naturales. Otra nota positiva es la llegada de Andreas Lehnhoff al Ministerio de Ambiente, un profesional honesto, director regional del Fondo Mundial para la Naturaleza —el del pandita—, que antes lo fue de The Nature Conservancy y de la Fundación Defensores de la Naturaleza; después de ser el primer secretario ejecutivo del Conap. En lo personal, me entusiasma mucho la designación de Juan Carrera como uno de sus viceministros, pues además de profesional competente y con experiencia, lo considero un guatemalteco con sólidos valores, capaz de posturas valientes, extremo que probó en casos difíciles que enfrentó en el Conap cuando fue su asesor jurídico. Con el aporte del licenciado Carrera, creo que el Ministerio de Ambiente tiene posibilidades de lograr resultados importantes en el corto lapso que tiene para trabajar. Por el bien de Guatemala, espero que haga un excelente trabajo.

Va mi afectuoso saludo y todo mi respeto a los auténticos defensores, los que lucharon antes, lo que luchan todavía y los que seguirán luchando, siempre y solamente, por amor y respeto a la vida.

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