EDITORIAL

Las obligadas meditaciones

Las manifestaciones realizadas en sábado pasado en la capital y en muchos departamentos fueron en contra de la corrupción en general, y específicamente con la petición de renuncia del presidente Otto Pérez Molina. Conforme pasen los días será posible percibir y comprender el alcance de estas acciones espontáneas de los ciudadanos guatemaltecos, que parecen haber decidido ya pasar del marasmo y del conformismo a la acción, por medio de los mecanismos constitucionales.

Esta semana será fundamental para el futuro político del mandatario, quien deberá meditar qué es más conveniente para Guatemala, aun cercana al peligro de que todo se salga por la borda. Al respecto ya se ha dicho suficiente y por ello es momento de considerar otras acciones que permitan introducirle conformidad a esa mayoría ciudadana que se expresa manifestando o haciendo uso de las redes sociales.

Es el momento de reflexionar sobre el futuro inmediato y a mediano plazo. La depuración del Ejecutivo es un proceso que puede haber terminado o encontrarse a la mitad del camino. Ahora se debe comenzar a pensar en cómo se enfrentará a la lamentable realidad de los poderes Legislativo y Judicial. Ambos casos tienen prioridad e incuso se pueden realizar acciones paralelas. El sistema jurídico tiene ahora la oportunidad de funcionar, siempre que sus operadores, sobre todo los de alto nivel, analicen las consecuencias de los acontecimientos que deben ocurrir pronto. Igual ocurre con el Congreso, porque todos son parte de manera directa o indirecta, por acción o por omisión, de los abusos cometidos.

Los diputados deben tener claro que la exigencia de la renuncia presidencial se encuentra a un paso de una actitud igual para presionar a la depuración del Congreso. La crisis alcanza a los tres poderes del Estado y la mayoría de sus divisiones. La población está segura de que los políticos y sus achichincles llegan a robar con todo descaro. Esta percepción tendrá algún efecto en la actual campaña política. Los ciudadanos ya se preocupan por el origen del dinero de cualquier campaña política que tapice calles, pintarrajee carreteras, árboles, postes, y que convierta las vallas en verdaderos telones que impiden la vista.

Un factor nuevo en la crisis actual lo constituye la enorme cantidad de expresiones de opinión. Entidades públicas y privadas se han unido a comentarios en redes sociales y en las páginas editoriales de la Prensa, cuyas secciones informativas dan a conocer hechos increíbles, mientras los comentaristas los ponen en contexto desde diversas perspectivas. Todo ello se convertirá en material histórico para un futuro mediato.

Otro factor indispensable de analizar es la necesidad de comenzar los cambios imprescindibles con las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos. La tarea es enorme y difícil porque parece imposible que los propios diputados sean quienes se reduzcan los privilegios y las posibilidades de chanchullos. Pero si no es comprendida de nada sirve.

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