CABLE A TIERRA

Menú para la impunidad

Contra todos los pronósticos, el señor Pérez no renunció el fin de semana. Una vez más se burló del clamor ciudadano. Por lo que expuso Jose Rubén Zamora, decidió atender mejor a sus consejeros, a quienes obviamente el país les importa un comino.

Se me ocurre que le pintaron un menú de opciones para mantener la impunidad:

Menú número uno: se aferra al cargo como a un salvavidas en mar abierto, confiando que seguirá a flote en estas aguas tumultuosas durante cinco meses más. En medio del oleaje salvaje, cuenta los minutos que faltan para que finalice el 6 de septiembre, fecha en que confía que su aliado pasará a segunda vuelta y sea que lo proteja activamente de la Cicig y el MP o que, por default, cuando la furia ciudadana se enfoque en el nuevo blanco, se olviden de él. Así llegaría moribundo al 14 de enero y pasaría al nuevo estado de impunidad que automáticamente le confiere ser diputado del Parlacén hasta el año 2020. Ya para entonces tendrá edad para acudir a la táctica de la demencia senil e intentar nuevamente evadir la justicia con otras tretas e inspirando lástima.

Menú número dos: aferrarse al cargo, usar sus compinches en la CSJ y en el Legislativo para dilatar la resolución sobre el antejuicio y la investigación ulterior; caldear más el ambiente al bravuconear ante sus antiguos aliados en el sector privado organizado (habrá a quienes les podría afligir que suelte la sopa), la Cicig y el gobierno norteamericano, mientras a la par atiza las huestes que le quedan para agudizar la tensión y exponer a la ciudadanía —que se ha mostrado absolutamente pacífica— a confrontaciones.

La inestabilidad y los posibles brotes de violencia que se pudieran derivar serían su carta de negociación para presionar a la comunidad internacional para decantarse por una salida alternativa a la situación; concederle una salvaguarda para exilarse en alguna parte y así quedar impune de otra manera. Por supuesto, sin afectar el proceso eleccionario porque ello sí incomodaría demasiado a las partes que el señor Pérez quisiera obligar a concederle tal apoyo.

En ninguno de los dos escenarios se está tomando en cuenta que seguramente las marejadas no han finalizado, ni las consecuencias impredecibles que siempre tiene exacerbar la ingobernabilidad. Por otro lado, si hay ya un caso en el cual hay suficientes indicios de involucramiento del señor Pérez como para que el MP y la Cicig se atrevieran a pedir la eliminación de su derecho de antejuicio, a la mejor hay otros más; eso destacaba, por ejemplo, el medio digital Nómada, respecto del “negoción pérez” que es Jaguar Energy.

Ya nadie se traga el cuento de que el señor Pérez es víctima de un “complot político internacional por razones geoestratégicas”; el caso es mucho más concreto y simple: se llama ambición desmedida sobre lo ajeno y se mide en millonadas de quetzales del erario público. Más bien, a la “geopolítica” le sirvió este proceder precisamente para fortalecer su tutelaje sobre el país. Falta ver cómo reaccionarán estas fuerzas, tan determinantes siempre en nuestra historia, frente a la estrategia de Pérez. ¿Apoyarán a la ciudadanía o lo aguantarán a él? Es hora de abrir los ojos.

Finalmente, ¿son las elecciones la salida a la crisis política? Solo lea las primeras 50 páginas del informe de la Cicig y vea cómo más del 85% de los diputados está para reelección, y contéstese usted mismo.

Diferir los problemas en el tiempo no solo es salida de cobardes, sino complejizará todo aún más. Vaya legado que nos deja el “General de la paz”.

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